14.05.2013 Views

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

tu nombre; perdónanos por amor <strong>de</strong> tu nombre. —El cristiano no se olvida que a menudo está atado<br />

en <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> sus pecados. El mundo es una prisión para él; se dicta sentencia <strong>de</strong> muerte contra él,<br />

y no sabe cuán pronto será ejecutada. Cuán fervoroso <strong>de</strong>be orar en todo momento: ¡Oh, que el<br />

suspirar <strong>de</strong> un preso llegue ante ti, conforme a <strong>la</strong> gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> tu po<strong>de</strong>r preserva a los que están<br />

marcados para morir! —¡Cuán glorioso será el día en que, triunfante sobre el pecado y el dolor, <strong>la</strong><br />

iglesia contemple al adversario <strong>de</strong>sarmado para siempre! Mientras <strong>la</strong> iglesia cantará, <strong>de</strong> siglo en<br />

siglo, <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>banzas <strong>de</strong> su gran Pastor y Obispo, su Rey y su Dios.<br />

SALMO LXXX<br />

Versículos 1—7. El salmista se queja <strong>de</strong> <strong>la</strong>s miserias <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia. 8—16. Su prosperidad anterior y<br />

<strong>de</strong>so<strong>la</strong>ción actual. 17—19. Una oración pidiendo misericordia.<br />

Vv. 1—7. El que habita en el trono <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia es el buen Pastor <strong>de</strong> su pueblo. Pero no po<strong>de</strong>mos<br />

tener <strong>la</strong> expectativa <strong>de</strong>l consuelo <strong>de</strong> su amor ni <strong>de</strong> <strong>la</strong> protección <strong>de</strong> su brazo si no participamos <strong>de</strong> su<br />

gracia que convierte. —Si muestra indignación por <strong>la</strong>s oraciones <strong>de</strong> su pueblo, es porque, aunque<br />

oran, sus fines no son justos, o hay en ellos algún pecado secreto que satisfacen, o probará <strong>la</strong><br />

paciencia y <strong>la</strong> perseverancia <strong>de</strong> ellos para orar. Cuando Dios está <strong>de</strong>scontento con su pueblo,<br />

<strong>de</strong>bemos esperar verlo llorando y a sus enemigos, triunfantes. No hay salvación sino por el favor <strong>de</strong><br />

Dios; no hay conversión a Dios sino por su gracia.<br />

Vv. 8—16. La iglesia está representada como una vid y una viña. La raíz <strong>de</strong> esa vid es Cristo, <strong>la</strong>s<br />

ramas son los creyentes. La iglesia es como una vid que necesita apoyo, pero que se extien<strong>de</strong> y da<br />

fruto. Si una vid no da fruto, ninguna otra p<strong>la</strong>nta vale tan poco. ¿Y nosotros no somos p<strong>la</strong>ntados<br />

como en un huerto bien cultivado con todos los medios para dar fruto en obras <strong>de</strong> justicia? Pero <strong>la</strong>s<br />

inútiles hojas <strong>de</strong> <strong>la</strong> profesión y los manojos vacíos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s nociones y formas abundan mucho más que<br />

<strong>la</strong> piedad real. —Fue <strong>de</strong>so<strong>la</strong>da y <strong>de</strong>struida. Hubo una buena razón para este cambio en el trato <strong>de</strong><br />

Dios con ellos. Con nosotros está bien o mal, conforme nos sometamos a <strong>la</strong>s sonrisas o al ceño<br />

fruncido <strong>de</strong> Dios. Cuando consi<strong>de</strong>ramos el estado <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte más pura <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia visible, no<br />

po<strong>de</strong>mos maravil<strong>la</strong>rnos <strong>de</strong> que sea visitada con correctivos punzantes. Ellos pi<strong>de</strong>n que Dios ayu<strong>de</strong> a<br />

<strong>la</strong> vid. Señor, fue formada por ti mismo y para ti mismo, por tanto que, con humil<strong>de</strong> confianza, sea<br />

encomendada a ti mismo.<br />

Vv. 17—19. El Mesías, protector y salvador <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia, es el Hombre <strong>de</strong> <strong>la</strong> diestra <strong>de</strong> Dios; Él<br />

es el brazo <strong>de</strong>l Señor, pues todo po<strong>de</strong>r le ha sido dado. En Él está nuestra fortaleza, por <strong>la</strong> cual somos<br />

capacitados para perseverar hasta el final. Por tanto, <strong>la</strong> vid no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>struida, ni pue<strong>de</strong> perecer<br />

toda rama fructífera; pero <strong>la</strong> estéril será cortada y arrojada al fuego. —El fin <strong>de</strong> nuestra re<strong>de</strong>nción es<br />

que <strong>de</strong>bemos servir a Aquel que nos redimió y no regresar a nuestros antiguos pecados.<br />

SALMO LXXXI<br />

Versículos 1—7. Dios es a<strong>la</strong>bado por lo que ha hecho por su pueblo. 8—16. Las obligaciones <strong>de</strong><br />

ellos para con Él.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!