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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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todos los beneficios que fluyen <strong>de</strong> su muerte y sacrificio. —Las acciones <strong>de</strong> nuestro Señor fueron, al<br />

tomar el pan y <strong>la</strong> copa, dar gracias, partir el pan y dar el uno y <strong>la</strong> otra. Las acciones <strong>de</strong> los<br />

comulgantes fueron, tomar el pan y comer, tomar <strong>la</strong> copa y beber, haciendo ambas cosas en memoria<br />

<strong>de</strong> Cristo. Pero los actos externos no son el todo ni <strong>la</strong> parte principal <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be hacerse en esta<br />

santa or<strong>de</strong>nanza. Los que participan <strong>de</strong> el<strong>la</strong> tienen que tomarlo a Él como su Señor y su Vida,<br />

rendirse a Él y vivir para Él. —En el<strong>la</strong> tenemos un re<strong>la</strong>to <strong>de</strong> <strong>la</strong>s finalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta or<strong>de</strong>nanza. Tiene<br />

que hacerse en memoria <strong>de</strong> Cristo, para mantener fresca en nuestras mentes su muerte por nosotros,<br />

y también, para recordar a Cristo que interce<strong>de</strong> por nosotros a <strong>la</strong> diestra <strong>de</strong> Dios en virtud <strong>de</strong> su<br />

muerte. No es tan sólo en memoria <strong>de</strong> Cristo, <strong>de</strong> lo que Él hizo y sufrió, sino para celebrar su gracia<br />

en nuestra re<strong>de</strong>nción. Dec<strong>la</strong>ramos que su muerte es nuestra vida, <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> todos nuestros<br />

consuelos y esperanzas. Nos gloriamos en tal <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ración; mostramos su muerte y <strong>la</strong> rec<strong>la</strong>mamos<br />

como nuestro sacrificio y nuestro rescate aceptado. La cena <strong>de</strong>l Señor no es una or<strong>de</strong>nanza que se<br />

observe sólo por un tiempo, pero <strong>de</strong>be ser perpetua. —El apóstol expone a los corintios el peligro <strong>de</strong><br />

recibir<strong>la</strong> con un estado mental inapropiado o conservando el pacto con el pecado y <strong>la</strong> muerte<br />

mientras se profesa renovar y confirmar el pacto con Dios. Sin duda, ellos incurren en gran culpa y<br />

así se vuelven materia obligada <strong>de</strong> juicios espirituales. Pero los creyentes temerosos no <strong>de</strong>ben<br />

<strong>de</strong>scorazonarse <strong>de</strong> asistir a esta santa or<strong>de</strong>nanza. El Espíritu Santo nunca hubiera hecho que esta<br />

Escritura se hubiese puesto por escrito para disuadir <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber a los cristianos serios, aunque el<br />

diablo <strong>la</strong> ha usado a menudo. El apóstol estaba dirigiéndose a los cristianos y les advierte que estén<br />

alerta ante los juicios temporales con que Dios corrige a sus siervos que le ofen<strong>de</strong>n. En medio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

ira, Dios se acuerda <strong>de</strong> <strong>la</strong> misericordia: muchas veces castiga a los que ama. Mejor es soportar<br />

problemas en este mundo que ser miserable para siempre. —El apóstol seña<strong>la</strong> el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> los que<br />

van a <strong>la</strong> mesa <strong>de</strong>l Señor. El examen <strong>de</strong> uno mismo es necesario para participar correctamente en esta<br />

or<strong>de</strong>nanza sagrada. Si nos examináramos cabalmente para con<strong>de</strong>nar y en<strong>de</strong>rezar lo que hallemos<br />

malo, podríamos <strong>de</strong>tener los juicios divinos. —El apóstol termina todo con una advertencia contra<br />

<strong>la</strong>s irregu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s en <strong>la</strong> mesa <strong>de</strong>l Señor, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuales eran culpables los corintios. Cui<strong>de</strong>mos todos<br />

<strong>de</strong> esto para que ellos no se unan a <strong>la</strong> adoración <strong>de</strong> Dios como para provocarle y acarrearse venganza<br />

sobre sí.<br />

CAPÍTULO XII<br />

Versículos 1—11. Se muestra <strong>la</strong> variedad y el uso <strong>de</strong> los dones espirituales. 12—26. Cada miembro<br />

en el cuerpo humano tiene su lugar y uso. 27—30. Esto se aplica a <strong>la</strong> Iglesia <strong>de</strong> Cristo. 31. Hay<br />

algo más excelente que los dones espirituales.<br />

Vv. 1—11. Los dones espirituales eran po<strong>de</strong>res extraordinarios otorgados en <strong>la</strong>s primeras épocas<br />

para convencer a los incrédulos, y para difundir el evangelio. Los dones y <strong>la</strong>s gracias difieren<br />

ampliamente. Ambos son dados generosamente por Dios, pero don<strong>de</strong> se da <strong>la</strong> gracia es para <strong>la</strong><br />

salvación <strong>de</strong> los que <strong>la</strong> reciben. Los dones son para el provecho y salvación <strong>de</strong>l prójimo; y pue<strong>de</strong><br />

haber gran<strong>de</strong>s dones don<strong>de</strong> no hay gracia. Los dones extraordinarios <strong>de</strong>l Espíritu Santo fueron<br />

ejercidos principalmente en <strong>la</strong>s asambleas públicas, don<strong>de</strong> parece que los corintios hacían exhibición<br />

<strong>de</strong> ellos, al faltarles el espíritu <strong>de</strong> piedad y <strong>de</strong>l amor cristiano. —Mientras eran paganos no habían<br />

sido influidos por el Espíritu <strong>de</strong> Cristo. Nadie pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>mar Señor a Cristo por fe, si esa fe no es obra<br />

<strong>de</strong>l Espíritu Santo. Nadie pue<strong>de</strong> creer en su corazón o probar por un mi<strong>la</strong>gro, que Jesús era Cristo, si<br />

no es por el Espíritu Santo. Hay diversidad <strong>de</strong> dones y diversidad <strong>de</strong> operaciones, pero todos<br />

proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un solo Dios, un solo Señor, un solo Espíritu; esto es, <strong>de</strong>l Padre, Hijo y Espíritu Santo,<br />

origen <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s bendiciones espirituales. Ningún hombre los tiene simplemente para sí mismo.<br />

Mientras más los use en beneficio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, más favorecerán su propia cuenta. Los dones

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