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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 22—30. Los judíos oyeron el re<strong>la</strong>to que Pablo hizo <strong>de</strong> su conversión, pero <strong>la</strong> mención <strong>de</strong> que<br />

era enviado a los gentiles era tan contraria a todos sus prejuicios nacionales que no quisieron oír<br />

más. La frenética conducta <strong>de</strong> ellos asombró al oficial romano, que supuso que Pablo <strong>de</strong>bió perpetrar<br />

algún <strong>de</strong>lito inmenso. —Pablo alegó su privilegio <strong>de</strong> ciudadano romano que le eximía <strong>de</strong> todos los<br />

juicios y castigos que pudieran forzarlo a confesarse culpable. Su manera <strong>de</strong> hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong>muestra<br />

c<strong>la</strong>ramente cuánta seguridad santa y serenidad mental disfrutaba. —Como Pablo era judío en<br />

circunstancias adversas, el oficial romano le interrogó cómo había obtenido tan valiosa distinción,<br />

pero el apóstol le dijo que había nacido libre. Valoremos <strong>la</strong> libertad en <strong>la</strong> cual nacen todos los hijos<br />

<strong>de</strong> Dios, que ninguna suma <strong>de</strong> dinero, por gran<strong>de</strong> que sea, pue<strong>de</strong> comprar para los que siguen sin ser<br />

regenerados. Esto puso fin <strong>de</strong> inmediato a su problema. De esta manera, a muchos se les impi<strong>de</strong><br />

hacer cosas ma<strong>la</strong>s por temor al hombre, cuando no se los impediría el temor <strong>de</strong> Dios. El apóstol<br />

pregunta, sencil<strong>la</strong>mente, ¿es lícito? Sabía que el Dios al cual servía le sostendría en todos los<br />

sufrimientos por amor <strong>de</strong> su nombre, pero si no era lícito, <strong>la</strong> religión <strong>de</strong>l apóstol le dirigía a evitarlo<br />

si era posible. Él nunca se retrajo <strong>de</strong> una cruz que su Maestro divino le pusiera en su camino hacia<br />

<strong>de</strong><strong>la</strong>nte; y nunca dio un paso fuera <strong>de</strong> ese camino por tomar una.<br />

CAPÍTULO XXIII<br />

Versículos 1—5. La <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Pablo ante el concilio <strong>de</strong> los judíos. 6—11. La <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Pablo.—<br />

Recibe <strong>la</strong> garantía divina <strong>de</strong> que irá a Roma. 12—24. Los judíos conspiran para matar a<br />

Pablo.—Lisias lo manda a Cesarea. 25—35. La carta <strong>de</strong> Lisias a Félix.<br />

Vv. 1—5. Véase aquí el carácter <strong>de</strong> un hombre honesto. Pone a Dios <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> sí y vive como<br />

<strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> su vista. Toma conciencia <strong>de</strong> lo que dice y hace, se resguarda <strong>de</strong> lo malo conforme a lo<br />

mejor <strong>de</strong> su discernimiento, y se aferra a lo bueno. Es consciente <strong>de</strong> todas sus pa<strong>la</strong>bras y <strong>de</strong> su<br />

conducta. Los que viven así <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> Dios pue<strong>de</strong>n, como Pablo, tener confianza en Dios y en el<br />

hombre. Aunque <strong>la</strong> respuesta <strong>de</strong> Pablo contenía un justo reproche y un anuncio, parece haber estado<br />

<strong>de</strong>masiado enojado por el trato que recibió al dar<strong>la</strong>. A los gran<strong>de</strong>s hombres se les pue<strong>de</strong> hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong><br />

sus faltas, y se pue<strong>de</strong> efectuar quejas públicas <strong>de</strong> una manera apropiada, pero <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> Dios requiere<br />

respeto por los que están en autoridad.<br />

Vv. 6—11. Los fariseos estaban en lo correcto acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> fe <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia judía. Los saduceos no<br />

eran amigos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Escritura ni <strong>de</strong> <strong>la</strong> reve<strong>la</strong>ción divina; ellos negaban el estado futuro; no tenían <strong>la</strong><br />

esperanza <strong>de</strong> <strong>la</strong> dicha eterna, ni temor <strong>de</strong> <strong>la</strong> miseria eterna. Cuando Pablo fue cuestionado por ser<br />

cristiano, pudo <strong>de</strong>cir verazmente que había sido cuestionado por <strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong><br />

los muertos. En él fue justificable, por esta confesión <strong>de</strong> su opinión sobre este punto <strong>de</strong>batido, hacer<br />

que los fariseos cesaran <strong>de</strong> perseguirlo y llevarlos a que le protegieron <strong>de</strong> esta violencia ilícita. ¡Con<br />

cuánta facilidad pue<strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su propia causa! Aunque los judíos parecían estar<br />

perfectamente <strong>de</strong> acuerdo en su conspiración contra <strong>la</strong> religión, sin embargo, estaban influidos por<br />

motivos muy diferentes. No hay amistad verda<strong>de</strong>ra entre los malos, y en un momento y con gran<br />

facilidad Dios pue<strong>de</strong> tornar su unión en enemistad <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rada. Las conso<strong>la</strong>ciones divinas sostuvieron<br />

a Pablo en <strong>la</strong> mayor paz; el capitán jefe lo rescató <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos <strong>de</strong> los hombres crueles, pero no pudo<br />

<strong>de</strong>cir por qué. No <strong>de</strong>bemos temer a quien esté en contra <strong>de</strong> nosotros si el Señor está con nosotros. La<br />

voluntad <strong>de</strong> Cristo es que sus siervos que son fieles siempre estén jubilosos. Podía pensar que nunca<br />

más vería a Roma, pero Dios le dice que hasta en eso él será satisfecho, puesto que <strong>de</strong>sea ir allá sólo<br />

por <strong>la</strong> honra <strong>de</strong> Cristo y para hacer el bien.

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