12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> <strong>11</strong>6<br />

Mary Shelley<br />

–¡Hermano mío! –exclamó ella–. ¡Protector de mi infancia, mi<br />

querido Lionel, mi destino pende de un hilo! Ahora os tengo a todos<br />

a mi lado, a ti, compañero de mi infancia, a Adrian, al que<br />

quiero como si me unieran a él lazos de sangre. A Idris, hermana<br />

de mi corazón, y a su adorado retoño. Esta... esta puede ser la última<br />

vez que os tenga a todos conmigo.<br />

Entonces se detuvo de pronto y dijo:<br />

–¿Qué es lo que he dicho? ¡Qué necia y qué falsa soy!<br />

Me miró con ojos desbocados y, serenándose de pronto, se<br />

disculpó por lo que definió como palabras sin sentido, diciendo<br />

que debía de estar loca pues, mientras Raymond viviera, ella sería<br />

feliz. Y acto seguido, aunque no dejaba de sollozar, me aseguró<br />

que podía irme tranquilo. Cuando Raymond se despidió de<br />

ella apenas le sostuvo la mano y le dedicó una mirada intensa.<br />

<strong>El</strong>la le respondió sin palabras, asintiendo, comprensiva.<br />

¡Pobre muchacha! ¡Cuánto debió de haber sufrido! Nunca<br />

perdonaré del todo a Raymond las pruebas que le impuso, ocasionadas,<br />

como lo estaban, por unos sentimientos egoístas. Había<br />

planeado, si fracasaba en el empeño que le ocupaba, embarcarse<br />

para Grecia sin despedirse de ninguno de nosotros y no<br />

regresar jamás a Inglaterra. Perdita había accedido a sus deseos,<br />

pues complacerlo era la sola meta de su vida, el colmo de su dicha.<br />

Pero abandonar a todos sus compañeros, a las personas amadas<br />

con las que había compartido sus años más felices y, mientras llegaba<br />

el momento, ocultar aquella temible decisión, era una misión<br />

que casi consumió toda su fuerza mental. Llevaba un tiempo<br />

preparando su partida. Le había prometido a Raymond, durante<br />

aquella tarde decisiva, que aprovecharía nuestra ausencia para<br />

avanzarse en su primera etapa del viaje. Él, tras su derrota, se ausentaría<br />

de nuestro lado y se uniría a ella.<br />

Aunque al tener conocimiento de semejante plan me sentí<br />

ofendido en gran manera por lo poco que Raymond había tenido<br />

en cuenta los sentimientos de mi hermana, pasado el tiempo<br />

reflexioné y pensé que en realidad había actuado bajo el peso de<br />

tal excitación que no pensaba en lo que hacía y que, por tanto,<br />

debía quedar exento del peso de la culpa. Si nos hubiera permitido<br />

ser testigos de su agitación, se habría hallado más bajo la guía<br />

<strong>11</strong>6

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!