12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> 237<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

»Regresa tú a Inglaterra, Lionel. Regresa junto a la dulce Iris<br />

y al querido Adrian, y que mi hija, huérfana, sea como tu propia<br />

hija en vuestra casa. Considérame muerta, porque si la muerte es<br />

un mero cambio de estado, entonces yo estoy muerta. Este es un<br />

mundo distinto del que habitaba, del que ahora es tu hogar.<br />

Aquí sólo comulgo con lo que ha sido y con lo que está por venir.<br />

Regresa tú a Inglaterra y deja que me quede en el único lugar<br />

en el que puedo tolerar vivir los días que por desgracia aún<br />

me quedan.<br />

Un torrente de lágrimas puso fin a su triste arenga. Yo ya esperaba<br />

que pronunciara alguna proposición extravagante y permanecí<br />

un rato en silencio, reflexionando sobre el mejor modo de<br />

rebatir su fantasioso plan.<br />

–Albergas ideas lúgubres, mi querida Perdita –le dije–, y no<br />

me sorprende que, durante un tiempo, tu buen juicio se vea afectado<br />

por el intenso dolor y una imaginación turbada. Incluso yo<br />

siento adoración por esta última morada de Raymond. Y sin embargo<br />

debemos abandonarla.<br />

–Ya lo esperaba –exclamó Perdita–. Ya suponía que me considerarías<br />

loca y necia. Pero no te engañes. Esta casa se construye<br />

según mis órdenes. Y aquí me quedaré hasta que me llegue la<br />

hora de compartir con él su feliz reposo.<br />

–¡Querida niña!<br />

–¿Qué tienen de extraño mis pretensiones? Podría haberte<br />

mentido. Podría haberte hablado hace unos meses de mi deseo de<br />

permanecer aquí, y de ese modo, en tu impaciencia por regresar<br />

a Windsor, me habrías dejado hacerlo, y sin reproches ni disuasiones<br />

podría haber llevado a cabo mi plan. Pero desdeñé el artificio.<br />

O, más bien, en mi desolación, creí que mi único consuelo<br />

era abrirte mi corazón a ti, que eres mi hermano y mi único amigo.<br />

¿Disputarás conmigo? Ya sabes lo terca que es tu pobre, tu<br />

abatida hermana. Llévate a mi hija contigo. Aléjala de las visiones<br />

y los pensamientos tristes. Que la hilaridad infantil visite de<br />

nuevo su corazón e ilumine sus ojos, algo que no podrá sucederle<br />

si se queda conmigo. Será mucho mejor para todos vosotros<br />

que no volváis a verme. En cuanto a mí, no puedo ir voluntariamente<br />

al encuentro de la muerte, o, mejor dicho, no lo haré mien-<br />

237

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!