12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> 437<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

Sostenía en brazos a su pequeña, que aún no había cumplido un<br />

año, y sólo sus cuidados distraían su atención de las palabras que<br />

escuchaba devotamente. Cuando el sermón tocó a su fin, la congregación<br />

se dispersó. Todos, excepto la mujer a la que buscaba,<br />

abandonaron la capilla. Su pequeño se había dormido, de modo<br />

que lo tendió sobre un almohadón y se sentó en el suelo, junto a<br />

él, para verlo dormir tranquilamente.<br />

Me presenté ante ella. Por un momento sus sentimientos naturales<br />

la llevaron a expresar alegría al verme, una alegría que<br />

desapareció casi al momento. Entonces yo, con ardiente y afectuosa<br />

exhortación, le pedí que me acompañara y huyera de aquella<br />

guarida de superstición y desgracia. Al punto ella regresó al<br />

delirio del fanatismo y, de no ser porque su naturaleza amable se<br />

lo impedía, me habría cubierto de insultos. Con todo, llegó a<br />

maldecirme y me ordenó que me fuera de allí.<br />

–¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡Huya ahora que todavía puede! Ahora<br />

está a salvo, pero en ocasiones me llegan sonidos raros e inspiraciones,<br />

y si el Eterno me revela su voluntad con susurro terrible<br />

y me dice que para salvar a mi hijo debo sacrificarlo a usted, yo<br />

se lo comunicaré a sus satélites, a quienes usted llama tiranos.<br />

<strong>El</strong>los lo destrozarán miembro a miembro. Y yo no derramaré una<br />

sola lágrima por la muerte de aquél a quien Idris amaba.<br />

Hablaba deprisa, con la voz inexpresiva y la mirada perdida.<br />

Su hija despertó y, asustada, empezó a llorar. Sus sollozos se clavaban<br />

en el corazón maltratado de su madre y mezclaba las expresiones<br />

de afecto que dedicaba a su pequeña con sus órdenes<br />

airadas que me instaban a marcharme de allí. De haber contado<br />

con los medios lo habría arriesgado todo, la habría sacado por la<br />

fuerza de la madriguera de aquel asesino y la habría expuesto al<br />

bálsamo reparador de la razón y el afecto. Pero no me quedaba<br />

alternativa ni podía seguir discutiendo con ella. Oí unos pasos en<br />

la galería y la voz del predicador más cerca. Juliet, abrazando con<br />

fuerza a su hija, escapó por otro pasaje. Incluso entonces la habría<br />

seguido, pero mi enemigo y sus secuaces entraron y, tras rodearme,<br />

me hicieron prisionero.<br />

Recordé la amenaza de la infeliz Juliet y temí que tanto la venganza<br />

de aquel <strong>hombre</strong> como la ira desbocada de sus adeptos ca-<br />

437

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!