12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> <strong>28</strong>3<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

mucho más que el día que vino a vernos a Windsor. <strong>El</strong> miedo permanente<br />

había mermado su complexión y hacía temblar su cuerpo<br />

todo. Le hablé de lo que iba a suceder esa noche y sentí que<br />

sus músculos se relajaban al instante; deseaba abandonar Londres.<br />

Vivía diariamente con el temor de contraer la enfermedad,<br />

pero no se atrevía a resistirse a las vehementes peticiones de<br />

Adrian para que prolongara su estancia. En cuanto éste fuera elegido<br />

legalmente como representante suyo, escaparía a algún lugar<br />

seguro. Con aquella idea en mente, escuchó mis palabras y,<br />

alegre casi ante la idea de una próxima partida, me habló de los<br />

planes que adoptaría en su propio condado, olvidando por un<br />

momento su decisión de encerrarse en su finca y rehuir todo contacto.<br />

Esa noche Adrian y yo nos dirigimos a Westminster. De camino,<br />

él se dedicó a recordarme lo que debía decir y hacer, aunque<br />

yo, por extraño que parezca, entré en la cámara sin haber reflexionado<br />

en absoluto sobre mi propósito. Adrian permaneció<br />

en el salón del café mientras yo, para cumplir sus deseos, tomaba<br />

asiento en Saint Stephen. Un silencio raro reinaba en la cámara,<br />

que yo no visitaba desde el Protectorado de Raymond,<br />

época en que la concurrencia era abundante, los participantes<br />

eran conocidos por su elocuencia y tenían lugar acalorados debates.<br />

Ahora, en cambio, los escaños aparecían vacíos; los que por<br />

costumbre ocupaban los miembros hereditarios se encontraban<br />

vacantes. Los representantes de la ciudad sí se encontraban allí:<br />

miembros de las localidades comerciales, algunos terratenientes<br />

y pocos de los que accedían al Parlamento para hacer carrera. <strong>El</strong><br />

primer tema del día que ocupaba la atención de la cámara era la<br />

petición del Protector, que les rogaba que eligieran a un delegado<br />

suyo para que asumiera sus funciones durante su ausencia necesaria.<br />

<strong>El</strong> silencio se mantuvo hasta que uno de los miembros se acercó<br />

a mí y me susurró que el conde de Windsor le había comunicado<br />

que debía ser yo quien postulara su candidatura, en ausencia<br />

de la persona que en primer lugar había escogido para ello.<br />

Sólo entonces fui consciente del verdadero alcance de mi misión<br />

y me sentí abrumado por la responsabilidad. Ryland había deser-<br />

<strong>28</strong>3

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!