12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> 244<br />

Mary Shelley<br />

Nos elevamos sobre los picos de los Alpes y por sobre sus profundas<br />

y rugientes quebradas entramos en las llanuras de la dulce<br />

Francia, y tras un viaje aéreo de seis días aterrizamos en Dieppe,<br />

plegamos las alas cubiertas de plumas y deshinchamos el<br />

globo de nuestra pequeña nave. Una lluvia intensa hacía incómodo<br />

proseguir el viaje por aire, de modo que nos embarcamos en<br />

un pequeño vapor, y tras una breve travesía arribamos a Portsmouth.<br />

Al llegar, descubrimos que una curiosa historia acaparaba la<br />

atención general. Hacía unos días, un barco arrastrado por una<br />

tempestad había aparecido frente al puerto. <strong>El</strong> casco se veía hendido<br />

y resquebrajado, las velas desgarradas y, enredadas de cualquier<br />

manera, las sogas se habían roto. Avanzaba a la deriva, en<br />

dirección a los muelles, pero quedó varado en las arenas de la embocadura.<br />

A la mañana siguiente los oficiales de aduanas, junto<br />

con un grupo de ociosos, se acercaron a inspeccionarlo. Al parecer,<br />

un solo miembro de la tripulación parecía haber arribado a<br />

salvo. Había llegado a tierra y, tras dar unos pasos en dirección a<br />

la ciudad, vencido por la enfermedad y la muerte inminente, se<br />

desplomó sobre la playa inhóspita. Lo encontraron agarrotado,<br />

los puños cerrados y apretados contra el pecho. Tenía la piel ennegrecida<br />

y el pelo y la barba enmarañados indicaban que había<br />

soportado su desgracia por tiempo prolongado. Se rumoreaba<br />

que había muerto de peste. Nadie se atrevió a subir al barco y se<br />

decía que, de noche, extrañas visiones aparecían en cubierta y<br />

colgando de los mástiles y las sogas. <strong>El</strong> casco no tardó en desmembrarse.<br />

Me llevaron al lugar en el que había encallado y vi<br />

unos tablones sueltos empujados por las olas. <strong>El</strong> cuerpo del <strong>hombre</strong><br />

que había llegado a tierra había sido enterrado a mucha profundidad,<br />

bajo la arena. Y nadie supo decirme nada más, salvo<br />

que el barco había sido fletado en América y que varios meses antes<br />

el Fortunatus había zarpado desde Filadelfia, de donde, a partir<br />

de ese momento, no volvieron a recibirse noticias.<br />

244

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!