12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> 165<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

destila veneno. Y sin embargo debo aferrarme a ella. Tal vez me<br />

mate pronto, y así me brinde un <strong>último</strong> servicio.<br />

Entretanto Raymond se había quedado con Adrian e Idris. Su<br />

franqueza natural, unida a lo prolongado de mi ausencia y la de<br />

Perdita, le llevaron a buscar alivio a la tensión de los <strong>último</strong>s meses<br />

en la confidencia compartida con sus dos amigos. Les relató<br />

la situación en que había hallado a Evadne. Al principio, por consideración<br />

hacia Adrian, les ocultó su nombre, que de todos modos<br />

reveló en el transcurso de su relato. Quien fue su enamorado<br />

escuchó con gran agitación la historia de sus sufrimientos. En su<br />

día, Idris había compartido con Perdita su mala opinión sobre la<br />

griega. Pero las explicaciones de Raymond la suavizaron, y se interesó<br />

por su suerte. La constancia de Evadne, su fortaleza, incluso<br />

su amor no correspondido, eran motivo de admiración y<br />

lástima. Y más cuando, según lo sucedido el diecinueve de octubre,<br />

parecía claro que la joven prefería el sufrimiento y la muerte<br />

a la degradación que, a sus ojos, le supondría recurrir a la conmiseración<br />

y la ayuda de su amado. Su comportamiento posterior<br />

no podía sino causar un aumento de ese interés por su persona.<br />

Al principio, liberada del hambre y de la muerte, cuidada<br />

por Raymond con gran tesón y dulzura, imbuida de esa sensación<br />

de serenidad que da la convalecencia, Evadne se dejó arrastrar<br />

por el amor y el agradecimiento extático. Pero con la salud regresó<br />

el juicio: le preguntó por los motivos que habían causado<br />

su prolongada ausencia. Planteaba sus dudas con sutileza griega<br />

y llegó a sus conclusiones con la decisión y la firmeza que eran propias<br />

de su carácter. No imaginaba que la brecha que había abierto<br />

entre Raymond y Perdita era ya insalvable, pero sabía que, si<br />

las cosas seguían como estaban, se ensancharía cada vez más, y<br />

que la felicidad de su amado se destruiría, desgarrada por las zarpas<br />

del remordimiento. Desde el instante mismo en que vislumbró<br />

el camino correcto que debía seguir, decidió emprenderlo y<br />

alejarse de Raymond para siempre. Sus pasiones conflictivas, su<br />

amor largamente esperado, la decepción que ella misma se infligía,<br />

le hacían contemplar la muerte como el único refugio contra<br />

sus desdichas. Pero los mismos sentimientos y opiniones que antes<br />

la habían reprimido, actuaban ahora con fuerza redoblada.<br />

165

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!