12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> 461<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

Cuando descubrió nuestra tropa, el temor al contagio fue más<br />

fuerte que su necesidad de compañía. No se atrevía a unirse a<br />

nosotros pero no quería perdernos de vista, pues éramos los únicos<br />

seres humanos que, junto con él, habitábamos Francia. De<br />

modo que nos acompañaba con el atuendo espectral que he descrito,<br />

hasta que la peste lo llevó a presencia de una congregación<br />

mayor, la de la Humanidad Muerta.<br />

Si aquellos terrores vanos hubieran apartado nuestros pensamientos<br />

de males más tangibles, su aparición habría resultado beneficiosa.<br />

Pero eran tan espantosos y se producían en tal cantidad<br />

que penetraban en todos nuestros pensamientos, en todos los<br />

momentos de nuestras vidas. En ocasiones nos veíamos obligados<br />

a detenernos durante días, mientras uno, y otro, y otro más, se<br />

convertían en polvo y regresaban al polvo que en otro tiempo había<br />

sido nuestra madre viviente. Así, proseguimos viaje durante<br />

la estación más calurosa. Y no fue hasta el primero de agosto<br />

cuando nosotros, los emigrantes –sólo ochenta habíamos sobrevivido,<br />

lector–, entramos en Dijon.<br />

Habíamos esperado ese momento con impaciencia, pues ya<br />

habíamos dejado atrás la peor parte de nuestro viaje atroz. Y Suiza<br />

se hallaba muy cerca. Mas ¿cómo íbamos a congratularnos<br />

por algo alcanzado con tanta imperfección? ¿Eran esos seres infelices<br />

que, exhaustos y maltrechos, avanzaban en pesaroso peregrinar,<br />

los únicos supervivientes de una raza humana que, como<br />

tras un diluvio, en otro tiempo se esparcieron por toda la tierra,<br />

poseyéndola? <strong>El</strong> agua había descendido cristalina y libre desde la<br />

montaña primigenia de Ararat, y de riachuelo insignificante se<br />

había tornado en vasto río perenne, fluyendo incesante generación<br />

tras generación. Y aunque cambiante, seguía creciendo, crecía<br />

y avanzaba hacia el océano receptor, cuyas menguadas costas<br />

ahora nosotros alcanzábamos. No había sido más que un juguete<br />

de la naturaleza, cuando al principio surgió a la luz desde el<br />

vacío amorfo. Pero el pensamiento trajo poder y conocimiento y,<br />

ataviada con ellos, la raza del <strong>hombre</strong> asumió dignidad y autoridad.<br />

Ya no era sólo el hortelano de la tierra o el pastor de sus rebaños.<br />

«Llevaba consigo un aspecto imponente y majestuoso;<br />

contaba con alcurnia e ilustres ancestros; poseía su galería de re-<br />

461

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!