12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> <strong>59</strong><br />

Capítulo IV<br />

Primera parte<br />

Un día después lord Raymond se detuvo en casa de Perdita camino<br />

del castillo de Windsor. <strong>El</strong> rubor en el rostro de mi hermana,<br />

y el brillo de sus ojos me revelaron a medias su secreto. Con<br />

gran contención y haciendo gala de una gran cortesía se dirigió<br />

a nosotros, y al momento pareció hacerse un sitio en nuestros<br />

sentimientos y fundirse con ella y conmigo. Me dediqué a observar<br />

su fisonomía, que variaba mientras hablaba y que, en todos<br />

sus cambios, se mostraba hermosa. La expresión habitual de sus<br />

ojos era dulce, aunque en ocasiones brillaban con fiereza. De<br />

piel muy pálida, todos sus rasgos hablaban de un gran dominio<br />

de sí mismo; su sonrisa agradable, exhibía sin embargo, con frecuencia,<br />

la curva del desdén en sus labios; labios que a ojos<br />

femeninos representaban el mismo trono de la belleza y el amor.<br />

Su voz, por lo general suave, sorprendía en ocasiones con una<br />

nota súbita y discordante, que indicaba que su tono grave habitual<br />

era más obra del estudio que de la naturaleza. Lleno de contradicciones,<br />

inflexible y altivo, amable pero fiero, tierno y a la<br />

vez desdeñoso, por algún extraño arte le resultaba fácil obtener<br />

la admiración de las mujeres, tratándolas con dulzura o tiranizándolas<br />

según su estado de ánimo, pero déspota en todos sus<br />

cambios.<br />

En aquel instante, sin duda, Raymond deseaba mostrarse amigable.<br />

En su conversación se alternaban el ingenio con la hilaridad<br />

y la profunda observación, y pronunciaba todas sus frases<br />

con la rapidez de un destello de luz. No tardó en conquistar mi<br />

distante reticencia. Me propuse observarlos a él y a Perdita y tener<br />

presente todo lo que había oído en su contra. Pero todo parecía<br />

tan ingenioso, y tan fascinante, que me olvidé de todo excepto<br />

del placer que el contacto con él me proporcionaba. Con la<br />

<strong>59</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!