12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> 482<br />

Mary Shelley<br />

mimas raras, llevando a la dama noble hasta los campos marchitos<br />

y las granjas desiertas y tumbando, sobre alfombras tejidas<br />

en la India, al rudo campesino o al mendigo deforme y apenas<br />

humano.<br />

Llegamos a Milán y nos alojamos en el palacio del virrey. Allí<br />

dictamos leyes para nosotros mismos, dividiendo el día y estableciendo<br />

distintas ocupaciones para cada hora. Por las mañanas<br />

cabalgábamos por los campos cercanos o paseábamos por<br />

los palacios en busca de pinturas y antigüedades. Por las tardes<br />

nos reuníamos para leer o conversar. Eran pocos los libros que<br />

no nos inspiraran temor, pocos los que no arrancaran el barniz<br />

que aplicábamos a nuestra soledad al recordarnos relaciones y<br />

emociones que ya no volveríamos a experimentar. Llenaban<br />

nuestras horas obras sobre disquisiciones metafísicas; o de ficción,<br />

que, al alejarse de la realidad, se perdían en errores inventados;<br />

o la obra de poetas de tiempos tan remotos que leerlos era<br />

leer sobre la Atlántida y la Utopía, o a aquéllos que se referían<br />

sólo a la naturaleza y a las ideas de una única mente. Pero sobre<br />

todo hablábamos, charlábamos entre nosotros sobre temas diversos<br />

y siempre nuevos.<br />

Aunque allí detuvimos nuestro avance hacia la muerte, el<br />

tiempo siguió su curso acostumbrado. La tierra seguía girando<br />

montada en el carro de la atmósfera, impulsada por la fuerza de<br />

los corceles de una necesidad infalible. Y ahora esa gota de rocío<br />

en el cielo, esa esfera cubierta de montañas, esplendorosa de<br />

olas, dejando atrás la breve tiranía de Piscis y al frígido Capricornio,<br />

se adentró en la radiante finca de Tauro y Géminis. Y<br />

allí, oreado por aires primaverales, el Espíritu de la Belleza salió<br />

de su letargo frío y, extendiendo las alas al viento, con pie rápido<br />

y ligero rodeó la tierra con una cinto de verdor que se exhibía<br />

entre las violetas, se ocultaba entre el tierno follaje de los árboles<br />

y acompañaba a los arroyos radiantes en su viaje hacia un<br />

mar bañado por el sol. «Porque he aquí que ha pasado el invierno,<br />

se ha mudado, la lluvia se fue; las flores han brotado en la<br />

tierra, el tiempo del canto de los pájaros ha vuelto, y en nuestra<br />

tierra resuena el arrullo de la tórtola; la higuera ha dado sus<br />

primeros higos, y en las vides las uvas más tiernas exhalan un<br />

482

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!