12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> 345<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

Vi a Proteo llegando desde el mar<br />

y al viejo Tritón soplando su floreada caracola.*<br />

Resulta curioso que, mientras la tierra había seguido su monótono<br />

curso, yo habitara con asombro siempre renovado en sus<br />

leyes antiguas, y que ahora que, con giros excéntricos, se adentraba<br />

en un sendero no hollado, yo sintiera desvanecerse su espíritu.<br />

Luchaba contra la frialdad y el cansancio, pero éstos, como<br />

una neblina, me asfixiaban. Tal vez, tras los esfuerzos y las extraordinarias<br />

emociones del verano, la calma del invierno y las<br />

tareas casi domésticas que traía consigo resultaran, por reacción<br />

natural, doblemente irritantes. Ya no existía la intensa pasión del<br />

año anterior, que aportaba vida e individualidad a todos los momentos;<br />

ya no existían las intensas punzadas de dolor causadas<br />

por las desgracias de la época. La absoluta inutilidad que había<br />

seguido a todos mis esfuerzos extraía de ellos la emoción habitual<br />

que los acompañaba, y la desesperación anulaba el bálsamo que<br />

antes me aportaba el elogio propio. Deseaba regresar a mis anteriores<br />

ocupaciones, pero ¿qué utilidad tenían? Leer era absurdo,<br />

escribir, un acto de vanidad. La tierra, antes un ancho circo para<br />

la exhibición de dignas obras, vasto teatro para la representación<br />

de magníficos dramas, era ahora un espacio vacío, un escenario<br />

desierto, pues ni para los actores ni para los espectadores había<br />

ya nada que decir o escuchar.<br />

Nuestro pequeño pueblo de Windsor, en el que se habían congregado<br />

casi todos los supervivientes de los condados vecinos,<br />

presentaba un aspecto melancólico. Sus calles estaban cubiertas de<br />

nieve, los pocos viandantes se veían paralizados y ateridos por la<br />

inhóspita visita del invierno. Escapar de aquellos males era el fin<br />

de todos nuestros esfuerzos. Familias antes dedicadas a la consecución<br />

de elevadas metas, ricas, florecientes, jóvenes, menguando<br />

en número y con el corazón lleno de temores, se acurrucaban junto<br />

a un fuego, egoístas y vencidos por el sufrimiento. Sin la ayuda<br />

de criados, debían acometer ellos las tareas domésticas. Así, ma-<br />

* Del poema «The world is too much with us» («<strong>El</strong> mundo está en nosotros en<br />

exceso»), de William Wordsworth. (N. del T.)<br />

345

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!