12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> 5<strong>07</strong><br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

da atacaba mi alma con un nuevo zarpazo, recitándome una lección<br />

aún no estudiada, y ni el cambio de lugar o de tiempo bastaba<br />

para aliviar mi tristeza. Así, lo mismo que entonces, debería<br />

seguir yendo de un lugar a otro, día tras día, mes tras mes, año<br />

tras año, mientras viviera. Apenas me atrevía a imaginar durante<br />

cuánto tiempo más seguiría existiendo. Cierto era que ya no me<br />

encontraba en la primera flor de la vida, pero tampoco llevaba<br />

mucho tiempo descendiendo por el valle de los años. Se decía que<br />

mi edad era la mejor de la vida: acababa de cumplir los treinta y<br />

siete. Mis miembros se encontraban en tan buena forma, mis articulaciones<br />

tan engrasadas como cuando trabajaba de pastor en<br />

las colinas de Cumbria. Con esas ventajas me disponía a iniciar la<br />

marcha por el camino solitario de la vida. Aquellas eran las reflexiones<br />

que se colaron de noche en mi sueño.<br />

La comodidad de mi refugio de esa noche, así como el mayor<br />

reposo que logré, me devolvieron a la mañana siguiente más salud<br />

y resistencia de la que había acumulado desde el naufragio fatal.<br />

En las despensas que en mi búsqueda de la noche anterior había<br />

recorrido hallé bastantes uvas pasas, que me refrescaron al<br />

empezar el día, mientras abandonaba mi alojamiento y avanzaba<br />

hacia la ciudad que había divisado a poca distancia. Por lo que<br />

suponía, debía de tratarse de Forli. Accedí con gusto a sus calles<br />

amplias y cubiertas de hierba. Todo, cierto es, mostraba un exceso<br />

de desolación, pero me gustaba encontrarme en aquellos lugares<br />

que habían sido morada de mis congéneres. Adoraba atravesar<br />

calle tras calle, contemplar las altas casas y repetirme a mí<br />

mismo que en otro tiempo albergaron a seres parecidos a mí. Yo<br />

no había sido siempre el infeliz que ahora soy. La amplia plaza de<br />

Forli, la arcada que la circundaba, su aspecto ligero y agradable<br />

me animaron. Me alegraba pensar que si la tierra volvía a poblarse,<br />

nosotros, la raza perdida, gracias a los vestigios conservados<br />

demostraríamos a los recién llegados que nuestros poderes<br />

no habían sido pocos.<br />

Entré en uno de los palacios y abrí la puerta de una sala magnífica.<br />

La sorpresa se apoderó de mí al instante. Volví a mirar con<br />

asombro renovado. ¿Qué salvaje indómito y descuidado se hallaba<br />

frente a mí?<br />

5<strong>07</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!