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018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

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<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> 256<br />

Mary Shelley<br />

forme de la edad, o de la muerte igualadora; allí estarían los seres<br />

que debían seguir operando la vasta maquinaria de la sociedad; allí<br />

los amantes, los esposos, los padres; allí el señor, el político, el soldado.<br />

Algunos imaginaban que ya estaban listos para salir a escena,<br />

impacientes por participar del dramatis personae de la vida activa.<br />

No hacía tanto que yo mismo había sido uno de aquellos<br />

imberbes participantes; cuando mi hijo ocupara el lugar que ahora<br />

me correspondía a mí, yo ya sería un viejo arrugado de pelo cano.<br />

¡Curioso sistema! ¡Asombroso enigma de la Esfinge! <strong>El</strong> <strong>hombre</strong><br />

permanece, mientras que los individuos pasan. Así funciona, por<br />

recurrir a las palabras de un escritor elocuente y filosófico, «el sistema<br />

de la existencia decretado para un cuerpo permanente compuesto<br />

de piezas transitorias en el que, según disposición de una sabiduría<br />

extraordinaria, que unifica la misteriosa variedad de la<br />

raza humana, el conjunto resultante no es, simultáneamente, nunca<br />

viejo, ni de mediana edad ni joven, sino que, en un estado de<br />

constancia inalterada, avanza a través del tenor variado de una<br />

permanente decadencia, caída, renovación y progreso».*<br />

¡Con gusto te cedo mi lugar, querido Alfred! Avanza, retoño<br />

del dulce amor, hijo de nuestras esperanzas. Avanza como un soldado<br />

por el camino por el que yo he sido tu pionero. Haré un lugar<br />

para ti. Yo ya he abandonado la inconsciencia de la infancia,<br />

la frente lisa, el gesto vivaz de los primeros años. Que todo ello te<br />

adorne a ti. Avanza, que yo he de desprenderme de más cosas en<br />

tu beneficio. <strong>El</strong> tiempo me robará las gracias de la madurez, me<br />

arrebatará el fuego de los ojos, la agilidad de los miembros; me<br />

privará de la mejor parte de la vida, de las impacientes expectativas,<br />

del amor apasionado, y lo derramará todo, doblemente, sobre<br />

tu hermosa cabeza. ¡Avanza! Haceos merecedores del regalo,<br />

tú y tus camaradas. Y en la obra que estáis a punto de representar,<br />

no deshonréis a aquéllos que os animaron a subir a escena, a<br />

pronunciar cabalmente los papeles que se os asignaron. Que tu<br />

progreso sea constante y seguro. Nacido en la corriente primaveral<br />

de las esperanzas humanas, que alcances un verano tras el que<br />

el invierno no llegue jamás.<br />

* Reflexiones sobre la Revolución francesa, Edmund Burke. (N. del T.)<br />

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