12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-2 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>11</strong>:58 <strong>Página</strong> 376<br />

Mary Shelley<br />

–¿Qué haces aquí? –le pregunté amablemente–. ¿Quién eres?<br />

<strong>El</strong>la no respondió nada y empezó a temblar con violencia.<br />

–Mi pobre niña, ¿estás sola? –le preguntó Adrian con un tono<br />

tan dulce que se ganó su confianza. La pequeña entonces se soltó<br />

de mi mano y se arrojó en sus brazos, aferrándose a su cuello y<br />

exclamando:<br />

–¡Sálvame! ¡Sálvame! –mientras, con gran pesar, se deshacía<br />

en llanto.<br />

–Yo te salvaré –respondió él–. ¿De qué tienes miedo? De mi<br />

amigo no debes tenerlo, no va a hacerte ningún daño. ¿Estás<br />

sola?<br />

–No, León está conmigo.<br />

–¿Y tus padres...?<br />

–No los tuve nunca. Soy huérfana y vivo de la caridad. Todos<br />

se han ido, se han ido y no volverán en muchos, muchos días,<br />

pero si regresan y me encuentran, me pegarán mucho.<br />

En aquellas tristes palabras se resumía su desdichada vida.<br />

Huérfana, supuestamente acogida por caridad, maltratada y envilecida,<br />

sus opresores habían muerto. Sin comprender lo que había<br />

sucedido a su alrededor, se encontraba sola. No se había atrevido<br />

a salir a la calle, y en la persistencia de su soledad su coraje<br />

había renacido, su vivacidad infantil la había llevado a entregarse<br />

a mil juegos, y con su compañero fiel había vivido unas largas<br />

vacaciones, sin más temor que el regreso de las voces duras y los<br />

usos crueles de quienes se decían sus protectores. De modo que,<br />

cuando Adrian le propuso que se viniera con nosotros, aceptó sin<br />

dudarlo.<br />

Entretanto, mientras servíamos de contrapunto a las penas ajenas,<br />

a una soledad que asombraba a nuestros ojos, no a nuestro<br />

corazón, mientras imaginábamos todos los cambios y sufrimientos<br />

que se habían producido en aquella calles otrora bulliciosas,<br />

antes de que, despobladas y desiertas, se hubieran convertido en<br />

meras guaridas de perros; mientras leíamos la muerte del mundo<br />

sobre el templo oscuro, y nos consolábamos al recordar que nosotros<br />

conservábamos todo lo que nos era querido...<br />

Habíamos llegado desde Windsor a principios de octubre y<br />

llevábamos en Londres unas seis semanas. Día a día, durante<br />

376

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!