12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> 97<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

–¡Necio y loco muchacho! –exclamó la dama, airada–. Con<br />

sueños y teorías te han propuesto derrocar los planes que tengo<br />

para tu propio beneficio. Pero no derribarás los que he ideado referentes<br />

a tu hermana. Entiendo perfectamente la fascinación que<br />

los dos sentís. Pues ya libré la misma batalla con vuestro padre,<br />

para lograr que repudiara al progenitor de ese joven, que perpetraba<br />

sus malas acciones con la sutileza y la astucia de una víbora.<br />

Cuántas veces oí hablar de sus virtudes en aquellos días, de<br />

sus conocidas conquistas, de su ingenio, de sus maneras refinadas.<br />

Cuando sólo son las moscas las que caen en las telarañas, no<br />

tiene importancia. Pero ¿deben los nacidos de alta cuna y los poderosos<br />

someterse al frágil yugo de sus hueras pretensiones? Si tu<br />

hermana fuera la persona insignificante que merecería ser, de<br />

buen grado la abandonaría a su suerte, la entregaría a su infeliz<br />

destino de esposa de un <strong>hombre</strong> cuya sola persona, tan parecida<br />

a la de su malvado padre, debería recordaros la locura y el vicio<br />

que encarna... Pero recuerda, lady Idris, no es sólo la sangre otrora<br />

real de Inglaterra la que corre por tus venas. También eres<br />

princesa de Austria, y cada gota de esa sangre desciende de emperadores<br />

y monarcas. ¿Crees ser la compañera apropiada para<br />

un pastor ignorante, cuya sola herencia es el nombre gastado de<br />

quien le precedió?<br />

–Sólo puedo plantear una defensa –respondió Idris–, que es la<br />

misma que ya le ha ofrecido mi hermano: reciba a Lionel, converse<br />

con mi pastor...<br />

La condesa, indignada, la interrumpió.<br />

–¡Tu pastor! –exclamó. Y antes de proseguir pasó del gesto<br />

apasionado a una sonrisa desdeñosa–. Ya hablaremos de ello en<br />

otra ocasión. Lo único que te pido por el momento, lo único que<br />

tu madre te pide, Idris, es que no veas a ese advenedizo durante<br />

el plazo de un mes.<br />

–No puedo complacerla –dijo Idris–. Le causaría demasiado<br />

dolor. No tengo derecho a jugar de ese modo con sus sentimientos,<br />

aceptar el amor que me confiesa y luego castigarlo con mi indiferencia.<br />

–Esto está llegando demasiado lejos –respondió su madre con<br />

labios temblorosos y ojos llenos de ira.<br />

97

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!