12.05.2013 Views

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

018-El último hombre-1 28/11/07 13:59 Página 1 - Cermi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>018</strong>-<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong>-1 <strong>28</strong>/<strong>11</strong>/<strong>07</strong> <strong>13</strong>:<strong>59</strong> <strong>Página</strong> 219<br />

<strong>El</strong> <strong>último</strong> <strong>hombre</strong><br />

–Pero Raymond, querido –le interrumpió Perdita en tono de<br />

súplica.<br />

Él no dejaba de caminar de un lado a otro por aquel salón del<br />

palacio revestido de mármol. Sus labios, pálidos de ira, temblaban<br />

y daban forma a sus coléricas palabras; echaba fuego por los<br />

ojos, y sus gestos parecían moderados por la vehemencia de<br />

aquéllas.<br />

–Perdita –prosiguió, impaciente–. Ya sé qué vas a decirme. Sé<br />

que me amas, que eres buena y dulce. Pero esto no es cosa de mujeres.<br />

Ningún corazón femenino adivinaría nunca el huracán que<br />

me desgarra por dentro.<br />

Parecía algo asustado de su propia violencia, y súbitamente<br />

abandonó el salón. La expresión de Perdita revelaba su zozobra,<br />

y decidí ir tras él. Lo hallé caminando por el jardín. Sus pasiones<br />

habían alcanzado un estado de extrema turbulencia.<br />

–¿Debo ser siempre –exclamaba– el capricho de la fortuna?<br />

¿Debe el <strong>hombre</strong>, escalador de cielos, ser víctima eterna de los<br />

ejemplares rastreros de su especie? Si fuera como tú, Lionel, y<br />

anhelara vivir muchos años, encadenar una sucesión de días iluminados<br />

por el amor, gozar de placeres refinados y renovadas esperanzas,<br />

tal vez cediera y, rompiendo mi vara de mando, buscara<br />

reposo en los prados de Windsor. Pero voy a morir. No, no me<br />

interrumpas. Voy a morir pronto. Estoy a punto de abandonar<br />

esta tierra tan poblada, la comprensión de los <strong>hombre</strong>s, los escenarios<br />

más queridos de mi juventud, la bondad de mis amigos, el<br />

afecto de mi único amor, Perdita. Así lo quiere el destino. Tal es<br />

el decreto dictado por el Altísimo, para el que no hay apelación<br />

posible, y al que me someto. Pero perderlo todo... Perder la vida<br />

y el amor, y además la gloria... ¡No ha de ser así!<br />

»Yo, y en pocos años todos vosotros –este ejército atenazado<br />

por el pánico y toda la población de la noble Grecia–, dejaremos<br />

de existir. Pero nacerán otras generaciones, y nuestras acciones<br />

presentes les harán más felices, y nuestro valor les dará mayor<br />

gloria. Durante mi juventud rezaba para hallarme entre quienes<br />

escriben pasajes de esplendor en las páginas de la historia, quienes<br />

exaltan la raza humana y convierten este pequeño orbe en<br />

morada de los poderosos. Y ¡ah! Para Raymond, esa plegaria de<br />

219

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!