12.07.2015 Views

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

S O B R E L A P L A U S I B I L I D A D f i l o s ó f i c a D E L A F E E N D I O Sen aqu<strong>el</strong> momento, sugieren un pensamiento cercano al expresado porAvicena: en todo lo que no es simple, «difieren aqu<strong>el</strong>lo que es (quod est)y por lo que es (quo est, o esse)» 50 . Hay, sin duda, cercanía. Pero haytambién distancia: <strong>el</strong> tema <strong>de</strong> <strong>la</strong> simplicidad no es <strong>el</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> contingencia.Aquél concierne <strong>la</strong> constitución d<strong>el</strong> contenido (esencia), éste, su proyección(o no) en lo existente (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> «posible»).Cuando en <strong>la</strong>s argumentaciones d<strong>el</strong> Aquinate se sobreponen <strong>la</strong>s expresiones<strong>de</strong> esos dos pensamientos, parecidos pero diversos, <strong>el</strong> hechoproduce insatisfacción en una lectura crítica. ¿Cómo ha <strong>de</strong> juzgarse talconfluencia? ¿Será sólo <strong>la</strong> ilusión <strong>de</strong> una coinci<strong>de</strong>ncia verbal no muyafortunada? Debo reconocer que así lo vi personalmente durante bastantetiempo. Es c<strong>la</strong>ro que esse es tratado en muchos textos tomistas<strong>de</strong> máxima r<strong>el</strong>evancia con <strong>la</strong> que he l<strong>la</strong>mado «lógica procliana»: comouna plenitud irrestricta <strong>de</strong> contenido que «se contrae» al «<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r» aniv<strong>el</strong>es precisos, perdiendo contenido para hacerse concreta; salvo a<strong>la</strong>plicarse a Dios (que es ipsum esse, «<strong>el</strong> mismo ser»). De ahí proviene <strong>la</strong>distancia con <strong>la</strong> concepción <strong>de</strong> Duns Escoto y <strong>la</strong> réplica que éste hará:ens es lo más vacío; para aplicarlo a Dios hay que añadir: infinitum.Pero, incluso aceptada <strong>la</strong> lógica dicha, ¿es correcto fundir su esse con<strong>el</strong> que entra en juego en <strong>la</strong> problemática aviceniana <strong>de</strong> <strong>la</strong> contingencia,que no tiene ningún contenido porque su función es sólo actualizar cada<strong>de</strong>terminado contenido posible? 51 . (Y <strong>el</strong> «Ser necesario» a que llega <strong>la</strong>argumentación aviceniana ¿será por <strong>el</strong>lo solo «infinito»?)La c<strong>la</strong>ve para compren<strong>de</strong>r esa l<strong>la</strong>mativa obviedad con <strong>la</strong> que <strong>el</strong> Aquinatefun<strong>de</strong> en uno ambos esse pue<strong>de</strong> estar —está en realidad, según creoal fin haber llegado a ver— en su convicción espontánea <strong>de</strong> que «ser»no pue<strong>de</strong> significar sino «existir». Quien con esa convicción acepta <strong>la</strong>problemática aviceniana <strong>de</strong> <strong>la</strong> contingencia, le cambia <strong>el</strong> signo: no esque «lo existente» sea «lo posible» más «<strong>el</strong> ser» (= <strong>la</strong> existencia); sinoque, más bien, «lo posible» sería «lo existente (concreto) a lo que sehubiera sustraído <strong>el</strong> existir». Sería, en cualquier caso, «posible» por sucapacidad <strong>de</strong> existir; y esa misma» capacidad» que <strong>de</strong>fine <strong>la</strong> posibilidad50. Boecio, De hebdomadibus (ML, 64, 1311 B): se citaba con ese título una breve«carta al diácono Juan», <strong>de</strong> <strong>la</strong> que es oportuno recordar al menos <strong>el</strong> comienzo: «Diversumest esse et id quod est. Ipsum enim nondum est; atvero id quod est, accepta forma essendi,est atque consistit». En otro lugar, d<strong>el</strong> De Trinitate (ibid., 1269), se leía también <strong>de</strong> Dios:«est forma quae ipsum esse est et a qua esse est». Quizá ninguna fórmu<strong>la</strong> como éstas tienetanta cercanía verbal a lo que vendrá a ser <strong>la</strong> concepción tomista; pero <strong>de</strong>be captarse queen Tomás <strong>el</strong> influjo boeciano había confluido con <strong>el</strong> aviceniano, más «existencial».51. Me resultó muy ilustrativo ver cómo en <strong>el</strong> contemporáneo Enrique <strong>de</strong> Gant<strong>el</strong>os mismos influjos no conducían a síntesis sino a una mera yuxtaposición. Ver mi citadolibro Ser participado..., pp. 109 ss. Es una postura más comprensible, aunque conduce auna sistematización menos bril<strong>la</strong>nte. Tardé aún años en ver <strong>la</strong> coherencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> síntesistomista.418

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!