12.07.2015 Views

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

e l c o s m o s , c r e a c i ó n d e d i o sDejo para <strong>el</strong> capítulo próximo aspectos concretos <strong>de</strong> <strong>la</strong> actitud d<strong>el</strong>creyente en r<strong>el</strong>ación con lo personal <strong>de</strong> Dios (confianza en su provi<strong>de</strong>ncia,oración...). Creo que no es difícil ver que no sería justo tenerpor «<strong>de</strong>ísta» mi <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> caut<strong>el</strong>a. He insistido siempre en tener poresencial <strong>la</strong> actitud invocativa d<strong>el</strong> creyente: que supone, como tambiénrazoné, atribuir al Absoluto índole personal y atributos coherentes con<strong>el</strong><strong>la</strong>. Lo que está ahora concretamente en juego —cómo <strong>de</strong>ba concebirs<strong>el</strong>a r<strong>el</strong>ación <strong>de</strong> Dios a <strong>la</strong>s «leyes naturales»— no tendría que verse como<strong>de</strong>cisorio. Es un tema en <strong>el</strong> que, diré una vez más, una toma neta <strong>de</strong>posición exce<strong>de</strong> nuestra competencia razonable. Se trata <strong>de</strong> conjeturasnuestras sobre posibilidad real; y, pienso, ya en ese límite don<strong>de</strong> lo másrazonable es percibir que nos <strong>de</strong>sbordan 136 .Ac<strong>la</strong>raré que no <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse lo que digo como una negación<strong>de</strong> lo que <strong>el</strong> lenguaje creyente l<strong>la</strong>ma «mi<strong>la</strong>gro». Denomina así hechos«admirables» <strong>de</strong> contexto r<strong>el</strong>igioso para los que no encontramos explicacionesnormales. Pero, admitidos tales hechos, queda aún en cuestión<strong>la</strong> teoría a <strong>la</strong> que se acuda para explicarlos. Y ni <strong>la</strong> tradicional («Diossuspen<strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes naturales o actúa al margen») ni <strong>la</strong> simple y tajantementecontraria («<strong>Una</strong> tal suspensión o/y actuación no son realmenteposibles») resultan hoy fácilmente acreditables 137 .9.4.4. Reflexión final sobre <strong>el</strong> alcance <strong>de</strong> lo dichoAl cerrar estas pon<strong>de</strong>raciones sobre <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> mal en ámbito cosmológicoy, con <strong>el</strong><strong>la</strong>s, <strong>el</strong> capítulo que he <strong>de</strong>dicado al tema «<strong>El</strong> Cosmoscomo creación <strong>de</strong> Dios», entiendo que es oportuna una reflexión másamplia, que permita percibir mejor, y evaluar, <strong>el</strong> alcance <strong>de</strong> <strong>la</strong> posturabásica que he mantenido.136. Como se ve, insisto en reducir mucho <strong>el</strong> alcance que al término «omnipotencia»se ha venido dando por unos y otros en <strong>la</strong>s interminables disputas <strong>de</strong> <strong>la</strong> «teodicea». Talreducción es algo a lo que hoy se propen<strong>de</strong>, con buen sentido pero <strong>de</strong> modos diversos.Muchos teólogos <strong>de</strong>sisten simplemente d<strong>el</strong> término. Torres Queiruga no encuentra esoa<strong>de</strong>cuado porque podría equivaler a alterar rasgos nucleares <strong>de</strong> <strong>la</strong> imagen tradicional monoteísta;insiste por su parte en mantener <strong>la</strong> omnipotencia, con <strong>la</strong> ac<strong>la</strong>ración (tautológica)<strong>de</strong> que se refiere sólo a lo posible. Puesta por d<strong>el</strong>ante una correcta «ponerología», no esque Dios no pueda hacerlo, es que no pue<strong>de</strong> haber un mundo sin mal.Mi postura es muy cercana a <strong>la</strong> suya. Lo escrito en este apartado es una cierta «ponerología».Pero más concreta. Acepto que no es pensable un mundo finito sin «mal».Insisto en partir d<strong>el</strong> mundo que tenemos, ese conjunto <strong>de</strong> dinamismos estructurados queincluyen esencialmente «males» <strong>de</strong> los particu<strong>la</strong>res. E insisto también, por otra parte, en <strong>el</strong>límite <strong>de</strong> nuestro saber <strong>de</strong> lo realmente posible. Es <strong>la</strong> mía una «ponerología» sumamentemo<strong>de</strong>sta, que <strong>de</strong>ja a <strong>la</strong> fe más so<strong>la</strong> en <strong>el</strong> afrontamiento d<strong>el</strong> problema personal que «existencialmente»le p<strong>la</strong>nteará <strong>el</strong> que en <strong>el</strong> mundo hay «tanto mal...».137. Aludiré <strong>de</strong> nuevo a este tema en <strong>el</strong> capítulo próximo.589

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!