12.07.2015 Views

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

e l c o s m o s , c r e a c i ó n d e d i o sNo queda, empero, dicho con eso lo más <strong>de</strong>cisivo, que es antropológico:está en <strong>la</strong> vertiente «interior» <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma percepción: es <strong>de</strong>cir, ensu índole consciente, respecto a <strong>la</strong> cual todas <strong>la</strong>s realida<strong>de</strong>s percibidas son«externas». No es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, obvio <strong>el</strong> ejercicio <strong>de</strong> una reflexión queobjetive tal «interioridad» como lo hacemos en nuestras culturas evolucionadas.Pero pienso que en todas <strong>la</strong>s culturas surgió por ahí incoativament<strong>el</strong>a primera diferencia: <strong>de</strong> eso interior consciente que, siendo temporal,no es, en <strong>la</strong> misma medida, espacial ni tiene cualida<strong>de</strong>s sensibles.Es oportuno evocar una vez más 93 cómo ha formu<strong>la</strong>do esa diferencia<strong>la</strong> filosofía «fenomenológica». Le preocupaba, como a toda <strong>la</strong> filosofíamo<strong>de</strong>rna, <strong>la</strong> <strong>el</strong>ección <strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> <strong>la</strong> reflexión libre aún <strong>de</strong>presupuestos. Y lo encontró en «lo dado»; pero con <strong>la</strong> observación <strong>de</strong>que «dado» es algo siempre en una consciencia: es, pues, «fenómeno».Hay así en <strong>el</strong>lo una insuprimible dualidad <strong>de</strong> vertientes, que Husserl<strong>de</strong>nominó noesis/noema: y hay un polo que apunta al fondo <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia,al «yo, sujeto»; y otro al que apunta <strong>el</strong> ten<strong>de</strong>r «intencional» d<strong>el</strong>a consciencia («objeto»). Tal dualidad <strong>de</strong> todo «fenómeno» no es aún«dualismo» mientras no que<strong>de</strong> consagrada por una teoría metafísica;pero está en <strong>la</strong> base <strong>de</strong> dualismos y es lo que los hace comprensibles.Así como se nos hace indudable lo real que se anuncia en <strong>la</strong> índoleimpositiva <strong>de</strong> <strong>la</strong> vertiente noema, así también <strong>la</strong> vertiente noesis —y <strong>la</strong>misma índole, heterogénea, <strong>de</strong> todo <strong>el</strong> ámbito consciente— anuncia <strong>la</strong>realidad, en medio <strong>de</strong> lo real/material, <strong>de</strong> otro tipo <strong>de</strong> real 94 . La necesidad<strong>de</strong> <strong>de</strong>nominarlo es <strong>la</strong> que más habrá influido en <strong>el</strong> surgir <strong>de</strong> losvarios términos («mente», «alma»...) que nosotros hoy agrupamos bajo<strong>el</strong> genérico «espiritual»; ya con cierto alcance dualista.Como, por otra parte, <strong>el</strong> mismo «sujeto» al que apunta <strong>la</strong> vertiente«noesis» se percibe como material y parte d<strong>el</strong> mundo, <strong>la</strong> contraposiciónno es plena. <strong>El</strong> sujeto hab<strong>la</strong>rá entonces <strong>de</strong> «mi cuerpo» y <strong>de</strong> «mi alma».Un lenguaje cuya problematicidad ya aparece en <strong>la</strong> misma paradoja d<strong>el</strong>doble adjetivo posesivo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s expresiones aludidas (¿quién dice «mío»93. Me referí a <strong>el</strong>lo, algo más ampliamente, en <strong>el</strong> capítulo tercero (3.1.4.1) y lo aludí<strong>de</strong> nuevo en <strong>el</strong> octavo (8.2.3) al presentar los términos «persona» y «sujeto».94. Es sugerente <strong>el</strong> curso etimológico <strong>de</strong> no pocas lenguas. Como es sabido, <strong>la</strong> significaciónprimera d<strong>el</strong> término <strong>la</strong>tino spiritus —como <strong>la</strong> d<strong>el</strong> griego pneûma y <strong>el</strong> hebreoruaj— es «aire», «viento», «aliento». Creo que esas lenguas atestiguan así una primaria«materialidad» <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>lo objetivo que en su dimensión semántica buscan <strong>de</strong>nominar.Sólo cuando un avance <strong>de</strong> <strong>la</strong> capacidad reflexiva ha pedido se intente expresar («retornando»<strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo objetivo) <strong>el</strong> tipo <strong>de</strong> realidad <strong>de</strong> los sujetos, se ha buscado un término: yha sido haciendo metáfora d<strong>el</strong> <strong>el</strong>emento d<strong>el</strong> mundo material que por su índole (sutil, novisible pero efectiva) es como «<strong>el</strong> menos material <strong>de</strong> lo material».Sobre <strong>la</strong> historia d<strong>el</strong> complejo uso filosófico d<strong>el</strong> término da exc<strong>el</strong>ente información <strong>el</strong>Historisches Wörterbuch <strong>de</strong>r Philosophie, III, 154-203.557

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!