12.07.2015 Views

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

El Enigma y el Misterio: Una Filosofía de la Religión

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

« d i o s » : p r i v i l e g i o s i m b ó l i c o d e l a m o r p e r s o n a lLa obviedad d<strong>el</strong> tema «Dios», que entra en <strong>el</strong> discurso sin necesidad<strong>de</strong> complejas introducciones y fundamentaciones, es propia <strong>de</strong> losescritores judíos. Dios es tema r<strong>el</strong>igioso, no ha <strong>de</strong> ser buscado filosóficamente;pero tiene pleno <strong>de</strong>recho a ocupar pap<strong>el</strong> r<strong>el</strong>evante en <strong>el</strong> discursofilosófico. Algo análogo, o más acentuado incluso, encontraríamos siestudiáramos —lo que sería pertinente, pero tan complejo que exce<strong>de</strong>mis posibilida<strong>de</strong>s y propósitos— <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> Dios en <strong>la</strong> obra <strong>de</strong>Emmanu<strong>el</strong> Lévinas 26 . Algo <strong>de</strong>be atribuirse, sin duda, a <strong>la</strong> concienciaétnica <strong>de</strong> los autores. Pero, más amplia y hondamente, <strong>de</strong>be reconocersesubyace una fuerte experiencia r<strong>el</strong>igiosa.Aquí se abre una inevitable pregunta a quien intenta leer los textos<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva filosófica que no incluya necesariamente <strong>la</strong>participación en <strong>la</strong> fe <strong>de</strong> quien los escribió. Creo que hay una primerarespuesta r<strong>el</strong>ativamente obvia. Son textos <strong>de</strong> gran valor, realmente insustituibles,para <strong>la</strong> comprensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia creyente; y ésta es<strong>la</strong> primera meta <strong>de</strong> un estudio sobre <strong>la</strong> p<strong>la</strong>usibilidad d<strong>el</strong> monoteísmo.Pero queda, sin duda, pendiente otra cuestión ulterior: ¿cabe rastrearen <strong>la</strong> experiencia que atestiguan los textos alguna argumentación antropológica(«endógena»)? Tal pregunta es r<strong>el</strong>evante. Resulta atractiva<strong>la</strong> concepción y sorpren<strong>de</strong>, al mismo tiempo, <strong>la</strong> ausencia en los textos<strong>de</strong> cualquier preocupación argumentadora. En seguida presentaré unassugerencias sobre cómo quizá cabría explicitar, sin traicionar <strong>el</strong> espíritu<strong>de</strong> los textos, lo que pue<strong>de</strong>n contener <strong>de</strong> argumentación.Se impone también un comentario sobre <strong>la</strong> expresión final d<strong>el</strong> primertexto citado: «aqu<strong>el</strong> Tú que por esencia no pue<strong>de</strong> convertirse en<strong>El</strong>lo». ¿No es algo más <strong>de</strong>si<strong>de</strong>rativo que real lo que así se expresa? Porquerepetidamente se nos ha dicho en <strong>la</strong>s partes anteriores que <strong>la</strong> <strong>de</strong>sdichahumana es no po<strong>de</strong>r mantener continua <strong>la</strong> presencia viva d<strong>el</strong> «tú», <strong>el</strong>«encuentro»; inevitablemente se nos hun<strong>de</strong> en <strong>el</strong> «<strong>el</strong>lo» y nos referimosa «él» o «<strong>el</strong><strong>la</strong>» en nuestro siguiente encuentro con otro «tú». Esto es tanc<strong>la</strong>ro que pienso hay que enten<strong>de</strong>r que lo que se pi<strong>de</strong> para <strong>el</strong> «Tú absoluto»es una especie <strong>de</strong> «imposibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho» (pero no <strong>de</strong> hecho)<strong>de</strong> que le ocurra lo mismo. Pienso que <strong>el</strong> contexto confirma esta inter-26. Remito al exc<strong>el</strong>ente estudio <strong>de</strong> U. Vázquez <strong>El</strong> discurso sobre Dios en <strong>la</strong> obra <strong>de</strong>E. Lévinas, UPC, Madrid, 1982. Encuentro también acertado e iluminador <strong>el</strong> estudio <strong>de</strong>J. M.ª Mardones «E. Lévinas: Dios aparece en <strong>el</strong> rostro d<strong>el</strong> otro», en su libro Síntomas <strong>de</strong>un retorno, Sal Terrae, Santan<strong>de</strong>r, 1999, pp. 69-90.<strong>El</strong> pensamiento filosófico <strong>de</strong> Lévinas es siempre más centralmente ético: <strong>la</strong> incondicionalinterp<strong>el</strong>ación que supone para cada humano «<strong>la</strong> mirada d<strong>el</strong> otro humano». Esto,al menos en teoría, facilita encontrar en él <strong>la</strong> base <strong>de</strong> una cierta argumentación. Y, encuanto a sus extremadas profesiones <strong>de</strong> apofaticidad, me parece que <strong>el</strong> contexto —asertivo—pi<strong>de</strong> no sean leídas <strong>de</strong> modo excesivamente literal.463

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!