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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

respecto a este período no están completos, pero de lo que hay seguridad es que<br />

Mr. Butler no fue el director en los tiempos de Bernardo 47 .<br />

Un poco antes que llegara don Bernardo a Richmond, Jorge III sufrió el<br />

primer ataque de locura en 1788, y fue trasladado desde Windsor a Kew para su<br />

convalecencia. Después de esto, la pareja real se alejó de este palacio que les<br />

traía malos recuerdos 48 .<br />

Los jardines de Kew en esos años funcionaban en conjunto con los de la<br />

casa de Richmond. Las plantas eran coleccionadas en todas partes del mundo<br />

y traídas a estos jardines para su cultivo y estudio. Por la cercanía de Richmond<br />

y su amistad con el señor Butler, que nos relata Albano, es muy posible que se<br />

haya encontrado con el rey en alguno de sus paseos a Kew, ya que el ingreso<br />

al público era restringido en esos años. Los Kew se transformaron en un parque<br />

nacional recién en 1841 49 .<br />

Con respecto a las reuniones sociales a que alude Albano, se hicieron las<br />

consultas en la biblioteca de Richmond y en las fuentes bibliográficas que se<br />

encontraron de la época. Lamentablemente, no existen mayores antecedentes<br />

que nos den más detalles sobre estas reuniones sociales con fines de caridad<br />

a las que pudo haber asistido Bernardo 50 . (En Anexo 15, escenas de los Kew<br />

Gardens en tiempos de don Bernardo)<br />

TIEMPOS DIFÍCILES PARA BERNARDO DE VUELTA EN LONDRES<br />

CONFLICTO CON LOS RELOJEROS<br />

No sabemos exactamente cuándo abandonó don Bernardo sus estudios en<br />

Richmond, podemos sólo aventurar, por la fecha de sus cartas, que fue a fines<br />

de 1798. A comienzos de octubre, le escribía a su apoderado en Cádiz, ya<br />

desde Londres...”Me hallo absolutamente sin la ayuda de un maestro: lo siento<br />

mucho, principalmente, que ya comenzaba a tirar retratos. No hay más que tener<br />

paciencia, hasta tener órdenes de usted...” 51 . En marzo de 1799, nuevamente<br />

le escribía a don Nicolás a Cádiz, siempre desde Londres... “Usted me envió a<br />

Londres, señor don Nicolás, para que aprendiese y me educase y me hiciese<br />

hombre con la ayuda de usted, y no para pasar bochornos y miserias que con<br />

mucha facilidad se podían haber remediado... Mi situación es tal que en lugar de<br />

aprender y adelantar en las varias cosas a que me he aplicado, las comienzo a<br />

olvidar por falta de instrucciones, y todo se vuelve distracción y disgusto al verme<br />

tan maltratado por aquellos que creo mis mayores amígos”... 52 . Como vimos en<br />

la primera parte de este trabajo, a estas fechas los relojeros habían dejado de<br />

pagarle su pensión y educación, por lo que se vio obligado a trasladarse desde<br />

47 Carta respuesta de la Biblioteca de los Jardínes Botánicos de Kew al autor, de fecha 22 de Enero de 1992<br />

(Londres).<br />

48 pendiente<br />

49 pendiente<br />

50 pendiente<br />

51 Archivo de O’Higgins, p. 6.<br />

52 Ibídem, p. 7.<br />

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