08.05.2013 Views

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o<br />

Y así como el triunfo ex pos de su método para impulsar una robusta tradición<br />

legalista, éste fue respetado por todos los gobernantes que le siguieron.<br />

El indiscutible autoritarismo del régimen de O’Higgins...<br />

La calificación de dictadura para la administración de O’Higgins, no corresponde<br />

al concepto corriente de un poder impuesto por la violencia sobre el orden legal.<br />

Sin embargo, su despotismo o “autoritarismo educador” fue real y plantea un<br />

problema de fondo a la filosofía política, dado que fue exitoso. Si bien es cierto que<br />

el poder personal del Director Supremo era excesivo con respecto a un régimen<br />

democrático moderno, correspondía a un proceso temporal y legal resultante del<br />

consenso logrado en un contexto de guerra, cuando la independencia no estaba<br />

afianzada, y cuya meta era una república representativa 55 . Si bien es cierto que<br />

el comando militar le había concedido esta facultad autoritaria, el Prócer ejerció<br />

el poder como un simple mandato del Ejército y careció de contornos cesáreos.<br />

Ahora bien, la separación de los tres poderes no estaba conforme con una<br />

verdadera democracia, siempre el déspota se autoimpuso los contrapoderes que<br />

permitieron las correcciones. Si bien es cierto que esta concentración de poder<br />

personal era peligrosa y llevó inevitablemente a ciertos errores, siempre el diálogo<br />

y la legalidad acabaron por ser respetados y echaron raíces, como lo comprueba<br />

la renuncia y la continuidad jurídica de 1823. Como lo expresa Jocelyn-Holt,<br />

“es una dictadura ilegal que anticipa una constitucionalidad republicana aún<br />

por perfeccionar, no obstante utilizar medios de gobierno que la retrotraen a un<br />

autoritarismo progresista dieciochesco” 56 .<br />

¿Fue eso pura suerte debido a la sola benevolencia y calidad humana del<br />

personaje? En cuyo caso sería peligroso y engañoso referirse al ejemplo chileno<br />

que hubiera resultado de un superhombre, es decir, de un accidente de la<br />

historia. O bien ¿se trataría de una forma de equilibrio institucional dinámico cuyo<br />

valor trasciende las contingencias chilenas? Nuestro análisis tiende más bien a<br />

concluir en favor de esta segunda interpretación; una dinámica institucional de<br />

construcción progresiva del estado de derecho mediante un ejecutivo fuerte pero<br />

con contrapeso. En todo caso, el tema de la dictadura de O’Higgins merece mayor<br />

análisis y nuevos enfoques. Sobre todo, necesita encontrar una explicación de<br />

sus orígenes a fin de disipar la duda acerca del carácter de nuestra pregunta<br />

sobre el valor de extrapolación del caso chileno.<br />

...fue resistido no por el pueblo sino por la aristocracia y la Iglesia porque<br />

imponía el cambio social y amenazaba a sus privilegios...<br />

Además del carácter legal de su despotismo, cabe señalar que varios factores<br />

sociohistóricos explican el sesgo analítico que llevó a muchos historiadores a<br />

calificar peyorativamente su autoritarismo de dictadura. Por sus orígenes sociales<br />

(hijo natural), su formación europea, su tolerancia filosófica y su reformismo<br />

social, O’Higgins tenía poca aceptación por parte de la oligarquía y de la Iglesia<br />

Católica. Sus tentativas de modernizar a Chile lo convirtieron en un elemento<br />

55 Ver análisis de Jocelyn-Holt, Alfredo, La Independencia de Chile, ob. cit. pp. 250-258.<br />

56 Jocelyn-Holt, ob. cit., p. 256.<br />

151

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!