REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
Art. 5º. Las cenizas del Capitán General don Bernardo O’Higgins serán
depositadas en el Panteón General de esa ciudad, en el lugar destinado para los
Presidentes de la República.
Art. 6º. Se erigirá una estatua que represente al Capitán General don Bernardo
O’Higgins, y será colocada en el paseo público de la cañada de la capital.
Art. 7º. El retrato del General O’Higgins, costeado por la Nación, será colocado
con distinción en la Sala de Gobierno, mientras se forme la galería de retratos de
los hombres eminentes de la República.
Art. 8º. Se autoriza al Gobierno para que invierta del tesoro nacional las
cantidades que sean necesarias para dar cumplimiento a las disposiciones de
esta ley en todas sus partes.
Art. 9º. El Presidente de la República dictará todas las providencias que
considere oportunas para dar la mayor pompa y solemnidad a los honores
fúnebres acordados por la Nación”.
Esta Ley había sido enviada al Congreso Nacional, en noviembre de 1842.
Enseguida, 20 años de silencio.
Tiene que ser el ilustre historiador don Benjamín Vicuña Mackenna quien pone
de actualidad el guardado proyecto, y obtiene que se dicte la ley de 25 de junio
de 1864:
“Art. 1º. Uno, de los buques de mayor porte de la Armada de Guerra de la
Nación llevará siempre el nombre del Capitán General don Bernardo O’Higgins.
Art. 2º. Se autoriza al Presidente de la República para invertir hasta la cantidad
de $25.000 en dar cumplimiento a la ley del 13 de julio de 1844. Esta autorización
durará por el término de tres años”.
Esta ley lleva la firma del Presidente José Joaquín Pérez, el último Jefe de
Estado de los decenios, y de su Ministro de Interior y Relaciones Exteriores D.
Álvaro Covarrubias.
La guerra con España de 1865 postergó el acto de justicia del Ejecutivo y del
Parlamento. Durante el despacho de la ley hubo agrias recriminaciones, para el
autor del proyecto e historiador Vicuña Mackenna, quien acababa de publicar
el “Ostracismo de O’Higgins” y, posteriormente, “Vida del Capitán General D.
Bernardo O’Higgins”, quien dispuso del archivo personal de O’Higgins que
le obsequió su hijo Demetrio. Este último visitó Chile en 1860 y siguió viaje a
Europa donde encaró y pagó el Mausoleo del Libertador que primitivamente fue
destinado a Lima y ha pedido de Vicuña Mackenna, cambió de destino y es el que
se encuentra en el Cementerio General de Santiago.
El 3 de agosto de 1868 el Diputado D. Ramón Rozas Mendiburu, hijo del prócer
D. Juan Martínez de Rozas, miembro de la Primera Junta de Gobierno, logró por
aclamación el traslado de las cenizas del Padre de la Patria. Ley promulgada con
la firma del Presidente Pérez y del Ministro Covarrubias.
El Almirante Blanco Encalada es el Comisionado para repatriar los restos del
Libertador O’Higgins. La comitiva que le acompaña está formada por brillantes
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