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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o<br />

Francisco Encina, Premio Nacional de Historia, establece que la tropa estaba<br />

constituida por 4.000 chilenos y 642 argentinos.<br />

Más de la mitad de las dotaciones de las unidades provenientes del Ejército<br />

de los Andes eran de origen chileno debido a que todas sus numerosas bajas<br />

originadas por diferentes motivos habían sido llenadas con chilenos. Por ello es<br />

comprensible la natural aprensión, de la que dejaron constancia las cartas de<br />

Balcarce y Guido a San Martín, de San Martín a Rondeau, etc., respecto a la<br />

gran deserción que se produciría con el repaso a Mendoza del total del Ejército,<br />

“porque más de dos tercios de la tropa era natural de Chile”, según expresa Guido<br />

textualmente en su carta del 18 de marzo de 1819 a San Martín.<br />

Lo mismo asevera Mitre en su Historia de San Martín, al referirse a su no<br />

participación de éste en la contienda civil:<br />

“Sería empero muy pobre criterio histórico el que atribuyera el resultado<br />

definitivo de la guerra social en que las Provincias argentinas estaban entonces<br />

empeñadas, a la ausencia de dos mil soldados argentinos, gran parte de ellos<br />

chilenos con su uniforme, que con San Martín a su cabeza y en unión de otros<br />

dos mil chilenos iban a combatir”.<br />

La instrucción se efectuaba en Coquimbo a un Batallón de Infantería y a todas<br />

las otras unidades en Quillota, denominada Cantón de Embarque, cerca de<br />

Valparaíso.<br />

Los coroneles Joaquín Prieto, a cargo de la Maestranza de Santiago, y<br />

José Manuel Borgoño en Valparaíso, dirigían la fabricación de los pertrechos y<br />

municiones para la artillería y fusiles del Ejército y de la Escuadra.<br />

El Director Supremo O’Higgins en persona se trasladó y permaneció en<br />

Valparaíso los dos últimos meses y cinco días antes del embarque, para impulsar<br />

y solucionar todos los problemas derivados de la difícil situación económica y falta<br />

de recursos, propios de un país en formación y que sólo tres años antes hubo de<br />

ser libertado por el esfuerzo trasandino y que ahora, con el esfuerzo propio, iba a<br />

hacer lo mismo en el vasto Virreinato, del cual siempre había dependido.<br />

Casi cinco mil hombres, aproximadamente ochocientos caballares, 35 cañones<br />

y artillería, 15 mil fusiles y 2 mil sables para repuestos y para armar a las futuras<br />

fuerzas peruanas, víveres y forraje para cinco meses, y toda clase de pertrechos,<br />

iniciaron su embarque el 18 de agosto, en 16 transportes que protegían 9 buques<br />

de guerra y 11 lanchas cañoneras.<br />

Parecía un sueño y todo era obra de Chile, así como el Paso de los Andes fue<br />

una obra argentina, aun cuando en ella participaron oficiales y soldados chilenos.<br />

En la Expedición al Perú ninguna participación oficial pudieron tener por las<br />

razones ya vistas, las Provincias Unidas.<br />

Si bien San Martín mandaba la fuerza expedicionaria, tan sólo de Chile<br />

emanaba su investidura de Jefe y de este gobierno los poderes que le conferían<br />

autoridad y le asignaban atribuciones de que disponer en el ejercicio de ella.<br />

Tanto San Martín como los Jefes y Oficiales del que había sido Ejército de los<br />

Andes, como se ha consignado anteriormente, tenían nombramiento en el Ejército<br />

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