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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

Primavera de 1777. Don Ambrosio O’Higgins, coronel de caballería y quien<br />

se encontraba recorriendo el país en el desempeño de sus altas funciones, se<br />

detiene en Chillán; allí se hospeda en casa de don Simón Riquelme y Goicochea,<br />

regidor de su cabildo. La hospitalidad de la familia Riquelme es legendaria. El<br />

hogar esta situado de la plaza de lo que hoy es Chillán Viejo.<br />

La ciudad de Chillán –nos dice Orrego Vicuña–, “sumida más que otra en<br />

el sopor patriarcal de los siglos de la dominación española, villa de hidalgos,<br />

provincianos y de campesinos acomodados”, tierra de don Francisco Núñez de<br />

Pineda y Bascuñan, uno de los escritores más preclaros de la época colonial,<br />

“Dio a luz al hombre que había de establecer los fundamentos de una de las<br />

nacionalidades más fuertes y de mayor contenido en el conglomerado latino de<br />

América”.<br />

¿Cómo desentrañar en el tiempo la vieja casona de estilo pueblerino, de altos<br />

muros, inmersa en la atmosfera, húmeda de eucaliptus y nogales?<br />

¿Cómo no detenernos –entre asombrados y cautelosos– ante el maravilloso<br />

deslumbramiento de una vida?<br />

Don Simón Riquelme era viudo, casado en segundas nupcias, y su primera<br />

mujer habíale dejado dos hijas, Lucía y María Isabel.<br />

El huésped es recibido con amabilidad. En estas circunstancias, el austero<br />

militar se siente atraído por la lozana juventud de María Isabel. Ella tiene<br />

veinte años, es suave, dulce, afable. Más aún, es hermosa y responde a los<br />

requerimientos del coronel que le ofrece matrimonio.<br />

¿Hubo debilidad en ella? Es probable que no. Respondiendo, uniéndose a él,<br />

la joven cumplía su destino y sabido es que después del amor, todos los seres de<br />

la naturaleza son inocentes.<br />

Isabel surge así como la mujer fuerte del evangelio.<br />

¿Cuánto dura este romance entre el adusto militar de 57 años y la niña de<br />

mirar de cielo? Nadie lo sabe, pero en el candor de ella, la promesa de matrimonio<br />

termina gestándose palpitante en su entraña. En la brevedad de unos encuentros,<br />

María Isabel ha quedado encinta. Lejos de este acontecimiento, todo sigue<br />

igual; las tropas de dragones continuarán junto a su jefe, sorteando caminos y<br />

dificultades hacia los pueblos del sur.<br />

Cuando la joven no puede seguir ocultando su preñez, se aísla en el fundo “El<br />

Palpal”, en una propiedad de 400 cuadras a seis leguas de distancia que poseía<br />

la familia. Imaginamos verla temerosa, sintiéndose acorralada por la curiosidad<br />

maledicencia; después de todo, ella es Riquelme, un apellido de origen noble.<br />

Doña María Isabel, nacida en Chillan el 6 de marzo de 1758, a través de su<br />

padre don Simón, se entronca con el primer Riquelme conocido en la historia de<br />

Chile. Distintas fuentes históricas coinciden en señalar que el padre de Isabel, don<br />

Simón Riquelme y Goicochea, es el cuarto nieto del conquistador Riquelme de la<br />

Barrera. Había nacido en Chillán el 7 de noviembre de 1729. Del patrimonio de sus<br />

padres, dividido entre sus diez hermanos, le tocó recibir solamente cuatrocientas<br />

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