REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
más queridos y para nuestra Armada fijar el 21 de Mayo, como una fecha dedicada
a celebrar todos los compatriotas unidos en Las Glorias Navales de Chile.
Sólo 11 años antes de la guerra del Pacífico, el 30 de diciembre de 1868, zarpó
del Callao, al mando del Almirante Manuel Blanco Encalada, la flotilla chilena que
trajo de regreso al país los despojos mortales del Libertador de Chile y Perú,
Bernardo O’Higgins Riquelme. Esta flotilla estaba integrada por tres corbetas, la
O’Higgins llamada, así en honor al Padre de la Patria; la Chacabuco, en memoria
de esta gran gesta libertadora y la Esmeralda. Entre los jóvenes oficiales que
engrosaban las filas de los tripulantes, se encontraban aquellos que habían
egresado de las aulas de la Escuela Naval que él había fundado, y entre ellos, el
joven oficial Arturo Prat Chacón.
Lo anteriormente expresado, me permite afirmar que el acto heroico e inmortal
de Arturo Prat Chacón y sus bravos marinos, no fue un hecho circunstancial
improvisado, sino una respuesta madura de profesionales educados con una
sólida formación de valores, conscientes de su honor, infinito amor a su patria y
una valentía propia de gladiadores inmortales del mar.
Ese espacio geográfico que nos legó Bernardo O’Higgins, “El mar de Chile”,
es el que nos permite actualmente a los chilenos, decir que tenemos intereses
y territorios en tres continentes. Este océano es el que nos da acceso a ser
miembros del importante mercado de la APEC, que integra a las 21 economías
más populosas y florecientes de Asia y del Pacífico, que representa el 57 % del
PIB mundial.
La tarea que señaló el Libertador y fundador de la República a los ciudadanos
de este país, respecto del “Mar de Chile”, es un desafío gigante, empieza por
educar a nuestros compatriotas para que comprendan que Dios nos ubicó frente al
océano más grande de la Tierra, con una vía marítima que recorre el país de norte
a sur y además nos conecta con todo el Mundo. Por añadidura, nos proporciona
todos sus valiosos e inagotables recursos económicos que debemos conservar.
Pero, tal vez lo más importante, es que nos señala que el mar es parte integrante
de nuestra geografía, ampliando nuestro territorio continental, que con esto está
lejos de ser una angosta faja. Refuerza este concepto el hecho de que el espacio
aéreo asignado por la OACI, organismo de la ONU, para ser controlado por Chile,
limita al Oeste con el espacio aéreo controlado por Nueva Zelanda y Australia.
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