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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o<br />

el bergantín “intrépido”. No sólo organizaron y sostuvieron el Ejército de tierra<br />

llenando sus bajas y mejorando su armamento sino que lo elevaron de 6.707<br />

hombres con que contaba al 30 de mayo, a 7.447 al 22 de octubre de 1818.<br />

La gran cabeza organizadora de Zenteno que tanto contrasta con la ineptitud de<br />

algunos próceres de la Patria Vieja, había operado el milagro.<br />

La febril actividad del Ministro, asombró a los hombres de su época. San Martín<br />

a mediados de 1817, le escribe a O’Higgins reclamando el retorno de Zenteno, a<br />

Santiago, el que eventualmente se encontraba sirviendo de secretario al Padre<br />

de la Patria en el asedio a Talcahuano: “No puede usted figurarse la falta que<br />

hace Zenteno en ésta. Usted haría un bien si lo enviase i tomando a Arcos por su<br />

secretario. Crea usted mi amigo que el ramo de la guerra necesita un hombre de<br />

la actividad i traba de nuestro amigo”. Pocas semanas después le insiste en los<br />

siguientes términos: “Sin Zenteno no serán muy rápidos los progresos del ejército.<br />

Ya tengo dicho a usted en el correo anterior mi opinión sobre su venida”. Vuelve<br />

San Martín a insistir poco después: “Años se me hace la tardanza de Zenteno. Tal<br />

es la falta que me hace”.<br />

O’Higgins elude enviarlo y le contesta: “Zenteno marcharía ahora mismo,<br />

pero estando ya en vísperas de atacar Talcahuano i teniendo todos los negocios<br />

enteramente entregados a él, me tomaría mucho tiempo el entrar de nuevo a<br />

instruir un nuevo secretario en medio de atenciones tan vastas. Concluido el<br />

enemigo, que espero será muy en breve (Zenteno), volará para ésa.<br />

Y O’Higgins escribía a San Martín en 1818: “Zenteno está gravemente enfermo.<br />

Los trabajos de la Escuadra están por consiguiente paralizados, porque sólo él<br />

tiene los resortes de este arduo negocio”<br />

Confirma la formidable capacidad del Ministro de la Guerra y Marina, el siguiente<br />

recuerdo hecho por O’Higgins en el año 1841. Estando en el puerto de El Callao<br />

la fragata “Chile”, el virtuoso O’Higgins, acrisolado por el destierro y la proximidad<br />

de la muerte debido a su grave enfermedad, se paseaba trémulo y emocionado<br />

sostenido en pie por dos oficiales del buque. Recordaba con entusiasma y ternura<br />

a Chile y sobre todo a los hombres de la independencia y dirigiéndose a los que<br />

le rodeaban les dijo: “recuerden bien las palabras que ahora me oyen: sin don<br />

José Ignacio Zenteno i don Miguel Zañartu, la independencia de Chile, habría<br />

sido imposible en esa época”.<br />

En la interesante obra titulada “El General Zenteno. Apuntes biográficos”,<br />

publicada por el diario “El Ferrocarril” el año 1875, en el número correspondiente<br />

al 31 de agosto, se puede leer lo que sigue, que dará una idea de la actividad<br />

de Zenteno y de su constancia y devoción por servir a la independencia de su<br />

querido Chile: “No es posible, sin fatigar la atención del lector, dar una idea ni<br />

aproximada del movimiento administrativo habido en la Secretaría entregada del<br />

todo a la dirección de Zenteno: baste decir que no hay ninguna exageración al<br />

afirmar que en los archivos que aún se conservan, existen por lo menos, diez mil<br />

firmas que dice: “José Ignacio Zenteno” al pie de los decretos, notas, circulares,<br />

instrucciones y demás piezas oficiales desde el año 1817 hasta fines del año 21.<br />

Sería tarea ingrata y abrumadora, hacer desfilar con orden y método, esa serie<br />

inmensa de grandes medidas y de pequeños detalles”.<br />

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