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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

los inconvenientes que en el día pueden resultar a los intereses de los nuevos<br />

estados de América.<br />

He hablado a Ud. general, con franqueza pero los sentimientos que exprime<br />

esta carta quedarían sepultados en el más profundo silencio; si llegasen a<br />

traslucirse, los enemigos de nuestra libertad podrían prevalerse para perjudicarla<br />

y los intrigantes y ambiciosos para soplar la discordia.<br />

Con el comandante Delgado, dador de esta, remito a usted una escopeta y<br />

un par de pistolas juntamente con un caballo de paso que le ofrecí en Guayaquil.<br />

Admita usted general esta memoria del primero de sus admiradores.<br />

Con estos sentimientos y con los de desearle únicamente sea usted quien<br />

tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sur, se<br />

repite su afectísimo servidor. José de San Martín.<br />

En el hondo contenido de esta carta estaría pensando Bolívar al hacer un<br />

brindis en el banquete, al asumir como nuevo dictador del Perú en 1823, cuando<br />

todos los brindis iban a él: “Por el buen genio de América que trajo al general San<br />

Martín con su Ejército Libertador desde los márgenes del Río de la Plata hasta<br />

las playas del Perú; por el general O’Higgins, que generosamente lo envió desde<br />

Chile...”<br />

Más expresiva y resumida es la respuesta a las ansias de entenderlo de su<br />

ayudante, amigo y confidente Tomás Guído, ante quien rompe su silencio en la<br />

despedida:<br />

“Existe una dificultad mayor que no podría vencer sino a costa de la suerte del<br />

país y de mi propio crédito. Bolívar y yo no cabemos en el Perú. He penetrado<br />

sus miras: he comprendido su disgusto por la gloria que pudiera caberme en la<br />

terminación de la campaña. Él no excusaría medios para penetrar el Perú y tal vez<br />

no pudiese yo evitar un conflicto dando al mundo un escándalo y los que ganarían<br />

serían los maturrangos. ¡Eso no!: Que entre Bolívar al Perú y, si asegura lo que<br />

hemos ganado, me daré por muy satisfecho porque de cualquier modo, triunfará<br />

la América”.<br />

A una comisión de congresistas que fue a “La Magdalena” a rogarle que<br />

siguiera al mando, les dijo:<br />

“Por rectas que sean las intenciones de un soldado favorecido por la victoria,<br />

cuando es elevado a la suprema autoridad al frente de un ejército considérese en<br />

la República como un peligro para la libertad”.<br />

¿Los prevenía de las ambiciones que vio en Bolívar, o reflexionaba sobre las<br />

tentaciones experimentadas por él como Protector con omnímodos poderes?<br />

HACIA EL OCASO EN EUROPA<br />

El General San Martín, a su regreso del Perú, permaneció en Chile enfermo<br />

durante 56 días, hospedado en la quinta del Conventillo por O’Higgins, también<br />

en sus últimos días como Director Supremo.<br />

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