REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
O’HIGGINS Y EL CAMBIO DE ESTRUCTURA
SOCIAL Y POLÍTICA DE CHILE
Fernando Figueroa Villán
PRESENTACIÓN
En 1810, y luego en 1818, con la derrota definitiva de los ejércitos realistas
que ocupaban la región central de Chile, no se producen cambios radicales en la
estructura social del país. Ésta sigue siendo colonia, formando una pirámide; en su
cúspide se encuentra una aristocracia terrateniente y comercial, seguida por una
masa campesina uniforme, sin mayores expectativas de progreso e instrucción.
En este contexto general se inicia el gobierno de O’Higgins, el cual parte de
premisas autoritario-liberales, en el sentido de procurar el quiebre de las antiguas
estructuras mediante la acción directiva del Estado, no mediando un análisis de
las fuerzas sociales en pugna pero procurando el bien común.
Esta acción reestructuradora fue continuada después de la caída de O’Higgins
por las juntas y los congresos de los años 20 y no por la magistratura presidencial.
Con la jornada de Lircay el Estado entró en un nuevo período de consolidación
de las antiguas estructuras, para poder construir un país desarrollado junto a la
acción de un ejecutivo fuerte y sin perjudicar las fuerzas sociales útiles para tal
objetivo.
El presente ensayo tiene por objeto dar a conocer cómo el Libertador es una
figura que desequilibra la sociedad chilena. Imbuido de las concepciones del
Despotismo Ilustrado, pretendió romper con las cadenas que unían la mentalidad
de los chilenos a la colonia y crear un nuevo país, aunque fuese obligadamente,
como decía refiriéndose a sus compatriotas: “...serán felices a la fuerza.”
ESTRUCTURA SOCIAL DE CHILE HACIA 1810
A comienzos del siglo XIX la estructura social no ha cambiado radicalmente;
la sociedad era racialmente homogénea, destacándose un sector blanco, otro
mestizo (mayoritario) y, por último, una masa indígena ubicada fundamentalmente
al sur del Biobío. Se calcula que la población de Chile oscilaba entre 800.000 y
1.000.000 de habitantes, en la cual más de la mitad era mestiza, encabezada por
una poderosa Aristocracia Criolla terrateniente-comerciante y un pequeño sector
de peninsulares. Los indígenas estaban casi completamente segregados. Según
Encina: “Las capas sociales eran... arriba, la Aristocracia Castellano-Vasca;
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