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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o<br />

por los funcionarios peninsulares residentes. Por esta razón, el movimiento “de<br />

1810 tuvo todos los caracteres de una fronda aristocrática” 12 . y<br />

...excepto en un muy reducido número de personas que planteaban una<br />

verdadera revolución...<br />

Este grupo social dominante que se volvía opositor se componía de tres<br />

tendencias: 1) la mayoría eran reformadores moderados, perteneciendo a<br />

las familias tradicionales y poderosas; 2) un grupo reducido más liberal quería<br />

reformas administrativas más explícitas a favor de sus intereses directos, pero sin<br />

sentido doctrinario preciso; 3) una pequeña docena de criollos revolucionarios 13<br />

que aspiraban, como O’Higgins, a terminar en forma absoluta con el régimen<br />

español para construir un nuevo régimen político. Todos habían estado en Europa<br />

o puesto en contacto con el Viejo Mundo y las ideas de la Ilustración.<br />

...cuyas tendencias principales son representadas por los tres mayores<br />

autores de la revolución chilena...<br />

Del grupo reducido de los radicales, tres fueron sin duda los más influyentes:<br />

Camilo Henríquez, el ideólogo radical y primer periodista, por su incansable<br />

acción verdaderamente revolucionaria y pedagógica, fundada en una potente<br />

combinación de republicanismo moderno y de principios cristianos; José Miguel<br />

Carrera, el militar, por su empuje de caudillo impaciente para imponer por la fuerza<br />

la separación respecto a España, y Bernardo O’Higgíns, el estadista pragmático,<br />

por su ideal republicano estructurado y su visión política a futuro, basada en su<br />

educación y formación en Londres.<br />

Estos tres grandes personajes constituyen, sin duda, los autores principales<br />

de la revolución chilena y representan los tres componentes políticos relevantes<br />

12 La Fronda aristocrática, ob. cit., p. 51.<br />

13 José Antonio de Rojas (1743-1816), quien ya en 1780 había fomentado una tentativa emancipadora de<br />

inspiración francesa, republicana, conocida como la “Conspiración de los tres Antonios”. Juan Martínez de<br />

Rozas (1759-1813) funcionario del régimen español, ligado a O’Higgins y a Belgrano (Buenos Aires), logró<br />

en 1808 introducir a los criollos en el gobierno colonial e hizo que el Cabildo tuviera derecho a desconocer la<br />

autoridad del Consejo de Regencia, encabezó el movimiento autonomista de Concepción y el bando radical<br />

en Santiago, fue considerado (erróneamente) como autor anónimo del “catecismo político cristiano” de agosto<br />

1810, integró la Primera Junta del 18 de septiembre como vocal, asumió como Presidente cuando falleció<br />

Toro y Zambrano en febrero 1811 y lideró el bando radical en el primer Congreso. Bernardo Vera y Pintado<br />

(1780-1827), argentino, abogado doctorado en la Universidad de San Felipe, ligado a los revolucionarios de<br />

las Provincias de la Plata, conspiraba en Santiago para fomentar una verdadera independencia, fue arrestado<br />

en forma preventiva en julio 1810. Juan Pablo Fretes, religioso, discípulo de Miranda, y con el cual O’Higgins<br />

mantenía correspondencia secreta entre 1805 y 1810, cuando el canónigo radicaba en Buenos Aires. Pedro<br />

Ramón Arriagada de Chillán, discípulo de O’Higgins, arrestado en 1809 por sus ideas, así como Rosario<br />

Acuña, religioso también del sur, ambos miembros del círculo conspirador organizado por O’Higgins desde<br />

1805. Felipe Gómez de Vidaurre, jesuita expulsado de Chile en 1767 y que volvió a Chile con un grupo<br />

de otros cinco miembros de su disuelta congregación, podría ser el autor del “catecismo político cristiano”<br />

exhortando a la formación de juntas de independencia. Javier Caldera, otro jesuita expulsado y que había<br />

llegado a Chile, también posible autor del catecismo. Camilo Henríquez (1769-1825), Fray de la Orden de<br />

la Buena Muerte, republicano liberal, participó en la junta revolucionaria de Quito de 1809, regresó a Chile a<br />

fines de 1810 para abogar por la independencia absoluta de Chile, publicando el 6 de enero 1811 la primera<br />

proclama llamando al pueblo a la independencia de la Corona española. José Miguel Carrera (1785-1821),<br />

quien regresó también del extranjero (España) para ayudar a la emancipación completa de Chile. Llegó el 25<br />

de julio y de inmediato actuó para tomar el liderazgo del partido separatista.<br />

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