REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
de la inoperancia del Primer Congreso y la acción negativa del caudillismo de
Carrera. La observación de la anarquía que azotaba a las provincias argentinas,
casi desde la instalación de la Junta de Mayo hasta la instalación del triunvirato, lo
desengaña acerca de las bondades del ejercicio popular de la soberanía. Ante el
desorden que afligía a la vecina República, muchos de los jefes argentinos afectos
a O’Higgins se inclinan por soluciones autoritarias. San Martín, Pueyrredón,
Quintana, Soler, entre otros; muy probablemente sus opiniones influyeron en el
chillido. De aquí su adhesión a un Gobierno fuerte y su repudio del federalismo:
“¿Es posible que se hayan vuelto locos esos hombres?, tengan cuidado que si
ese fantasma federal (impracticable en todos tiempos y mucho más en el estado
presente) no desaparece luego, restableciendo inmediatamente la unidad del
Gobierno. Fijará el tirano español su cetro en esas provincias (del Río de la Plata)
(dislocadas, e inundadas por la barbarie más desenfrenada. Tal vez cuando
lleguen a conocer esta verdad ya no encuentran remedio los miserables” 14 . La
anarquía como el mayor de los males, fuente de divisionismo y pérdida de la
libertad, está siempre presente en el pensamiento del Libertador.
La batalla de Chacabuco, victoria del Ejército de los Andes, lograda gracias
al arrojo y la decisión de O’Higgins, abre a los patriotas las puertas de Santiago.
Surge ahora el problema de dar Gobierno a las regiones de Chile recién liberado
y consolidar la estructura del naciente Estado. Una reunión de notables ofrece
la Jefatura del país al General José de San Martín, argentino, absolutamente
ajeno a Chile y su realidad; sin duda esto se debió al rechazo de la aristocracia
santiaguina, tradicionalista y ligada por vínculos de parentesco a la familia
Carrera, al progresista y modernizador hombre público que actuará en la Patria
Vieja, al provinciano fronterizo ajeno a los círculos y salones de la capital 15 . San
Martín rechaza el Mando Supremo, a su instancia, pero sin mayor entusiasmo, la
Asamblea ofrece a O’Higgins la Dirección Suprema del país.
LEGALISMO DE O’HIGGINS
Al asumir el mando, don Bernardo O’Higgins tenía sólo 39 años. El carácter
legaslista del Prócer se manifiesta en la limitación voluntaria que hace de los
poderes absolutos con que se lo invistiera para proseguir la guerra contra los
realistas: “El mismo año en que el patriciado le entregó el Mando Supremo sin
limitaciones de plazo ni poderes, el propio Director Supremo hace elaborar el Plan
de Hacienda y Administración Pública, especie de código de régimen interior en
el cual se autolimita el poder discrecional que había sido investido” 16 .
Francisco Ruiz Tagle, el Marqués de Larraín, José Ignacio Eyzaguirre y José
María. Guzmán, entre otros.
14 Carta a Miguel Zañartu, 9 de marzo de 1820. Valencia Avaria, ob. cit., p. 127.
15 En dicha reunión estaban presentes el Conde de Quinta Alegre, el Mayorazgo
16 Heise González, Julio: “150 años de evolución constitucional”. Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979.
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