REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
Tanto el Centenario como el Bicentenario del zarpe de la Escuadra Libertadora
del Perú, no son objeto de manifestaciones de trascendencia. En agosto de 1920
(Centenario) se dilucidaba el triunfo presidencial entre don Arturo Alessandri y
don Luis Barros Borgoño; y el Ministro de Guerra y Marina don Ladislao Errázuriz
Lazcano movilizaba las tropas al norte del país, siendo llamada la juventud chilena
a los cuarteles para un rápido Servicio Militar.
El 20 de agosto de 1970, a pesar de las intervenciones del Instituto O’Higginiano
de Chile, tampoco se pudieron realizar con solemnidad actos recordatorios porque
la ciudadanía estaba preparándose para la elección del 4 de septiembre y también
había en esos días cambio en el Comando en Jefe de la Armada.
El Centenario del Natalicio en 1878, como en el Sesquicentenario en 1928, no
tuvo mayores resonancias y hubo un discreto recuerdo de la prensa nacional.
Sin menoscabar el patriotismo de los Jefes de Estado que lo antecedieran,
justo es reconocer que el Presidente Aguirre Cerda fue el primero de los Jefes de
Estado que el día del Natalicio de O’Higgins deseó estar presente y presidió con
solemnidad los festejos del 20 de agosto de 1939, en la ciudad de Chillán, cuna
del héroe.
El 6 de agosto, dicta la Ley 6610 que otorga ciudadanía chilena, por el sólo
hecho de avecindarse en Chile, a los descendientes de don Bernardo O’Higgins.
En 1940 se aprovecha la celebración del Natalicio de O’Higgins para hacer
una colecta nacional cuyo objetivo era una obra social.
Ese año, al conjuro de su nombre, se golpeó la conciencia nacional, para ir en
ayuda de los desamparados. Nada más justo que invocarlo a él, que fue amigo de
los pobres y que tuvo en Lima como epitafio en una modesta y pequeña plancha
ovalada esta inscripción que, entre otras cosas, decía “Aquí yace el Excmo. Señor
don Bernardo O’Higgins, Director y Capitán General de la República de Chile,
Brigadier de la de Buenos Aires, y Gran Mariscal del Perú. Murió con la serenidad
del justo un 24 de octubre de 1842. Llorado por lo pobres y admirado por los que
en las 3 Repúblicas vieron sus gloriosos esfuerzos”.
La celebración del Natalicio de O’Higgins el año 1941 sirvió para que la
ciudadanía hiciera su aporte generoso con el fin de incrementar la aviación civil,
para dotar de más aviones a nuestros arriesgados pilotos; no para realizar la tarea
de destruir al hombre, sino para hacer efectiva la unidad del territorio nacional,
sueño que O’Higgins tuvo hasta sus últimos días, como lo demuestra su carta del
5 de abril de 1842, “no trepido en asegurar que siempre he considerado, la más
importante de estas medidas, la unión de todos los chilenos del sur y norte del
Bío-Bío, como oriente y poniente de la Cordillera, en una gran familia”.
Por otra parte, el Presidente Aguirre Cerda dicta el Decreto Supremo de fecha
6 de noviembre de 1940, fijando los límites de la Antártica chilena, justamente
inspirado en la carta de agosto de 1831, de la que fue portador el Capitán Fitzgerald
y que era dirigida al Capitán de la Real Armada Británica Coghland, señalando
con notable claridad los límites que correspondían a Chile, (tomada del Libro “La
Vida Militar del Capitán General Bernardo O’Higgins”, autor Vicealmirante (R) don
Juan Agustín Rodríguez): “Chile Viejo y Nuevo se extiende en el Pacífico desde
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