08.05.2013 Views

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

ritmo y sufrió más. No conoció a su padre y por muchos años vivió lejos de su<br />

madre”.<br />

Enterado don Ambrosio del nacimiento de su hijo, encomendó a Domingo<br />

Tirapegui –hombre de su confianza– que ubicara al niño en Chillán y “con mucho<br />

sigilo” lo llevase a Talca. Tirapegui, acompañado del sargento Francisco Salazar<br />

y del cabo Quintero, cumplió en tres días su cometido. “Recién nacido, Bernardo<br />

llegó a casa de mis padres”, afirma Casimiro Albano. Allí será tratado con afecto,<br />

“con cierta ceremonia, pero siempre en el secreto de un afán de silencios y<br />

sigilos”.<br />

Un nuevo alcance del historiador nos permite aseverar que fue preocupación<br />

de don Ambrosio determinar de tal manera los hechos, “de modo que en cualquier<br />

tiempo pueda constar ser su hijo”, sin que se olvide uno solo de sus títulos, y se<br />

cubre con profundo respeto la honra de la madre.<br />

Los diferentes estudios que los especialistas realizan en nuestra historia<br />

incorporan nuevas claridades, despejan dudas, precisan juicios que son<br />

importantes considerar. A través de la amplia bibliografía existente, se aseguraba<br />

que “el niño Bernardo había sido retirado del lado de su madre a los cuatro años<br />

de edad para ser llevado, por orden de don Ambrosio, desde Chillán a Talca, a<br />

casa del comerciante portugués don Juan Albano Pereira, amigo del entonces<br />

Gobernador O’Higgins.” Pero es el historiador Valencia Avaria quien nos aclara que<br />

el recién nacido fue separado de su madre a los pocos días de su nacimiento.<br />

“Al cabo de más de cuatro años, el 23 de enero de 1783, don Pedro Pablo de la<br />

Carrera, cura vicario, puso óleo y crisma al infante, bajo de condición, e inscribió<br />

la partida a fojas 24 del libro V de bautismos de la parroquia de San Agustín de<br />

Talca. El acta tiene por sumario estas palabras: Bernardo O’Higgins, español”.<br />

Mientras el niño crece en el hogar de Albano, es necesario detenerse en doña<br />

Isabel, la joven madre a quien se le negó la posibilidad del esposo y la tierna<br />

presencia del hijo.<br />

En soledad el niño, ella vivió también su propio dolor en un mundo soterrado,<br />

acumulado noblemente en el subconsciente, un mundo de caricias ocultas que de<br />

alguna manera fue anidándose en su corazón.<br />

La historia vacila cuando pretendemos encontrar la niñez del prócer, ese<br />

caleidoscopio de luz e inocencia tan determinante en todo ser humano.<br />

Surgen dudas y nos abruman las interrogantes.<br />

¿Fue niño Bernardo? ¿Dónde quedaron sus primeras y menudas alegrías?<br />

¿Corrió tras las mariposas azules? ¿Se produjo en algún momento –estando<br />

separados– una comunicación espiritual entre la madre y el hijo?<br />

Para encontrar una respuesta quizás sea válido acercarnos a la gran poesía<br />

mistraliana. En su obra póstuma, “Poema de Chile”, hay un, texto, Chillán; en él,<br />

Gabriela nos habla de Bernardo y de su madre.<br />

Ella lo ve muchacho jugando por los campos. La madre lo mira, lo llama<br />

mientras el niño encumbra volantines. Sus versos dicen:<br />

530

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!