REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
Cienfuegos, un hombre culto y moderado, capaz de presentar una buena imagen
de Chile ante el Papa.
Cienfuegos partió a Roma en enero de 1822 y llegó a la Ciudad Eterna en junio
de ese año. Su Santidad Pío VII le recibió casi en el acto, bajo la categoría de
“viajero bien informado”. El sacerdote chileno le entregó un informe completo de
nuestro país, escrito en latín, que impresionó profundamente al Sumo Pontífice.
La Misión Cienfuegos pudo considerarse como exitosa. El Papa accedió a
enviar una misión especial –la llamada Misión Musi– para arreglar la situación
de la Iglesia chilena, pero advirtió que no reconocería al gobierno de Santiago
–independiente o no– el derecho al patronato, es decir, a proponer los cargos
episcopales.
Durante su estancia en Roma, Cienfuegos tomó contacto con numerosos
liberales españoles y es casi seguro que abrió mucho camino entre ellos para un
futuro reconocimiento de la independencia de Chile por parte de España.
VI
Durante el gobierno de O’Higgins, Portugal reconoció nuestra independencia.
Fue el 1º de agosto de 1821. Le siguió el gobierno de los Estados Unidos, en 1822.
Los demás países lo hicieron con posterioridad a la abdicación del Libertador.
La actividad internacional fuertemente concentrada en la Expedición
Libertadora, no descuidó, sin embargo, el aspecto comercial. El 21 de octubre
de 1822 se firmó un tratado de Liga, Amistad y Comercio con Colombia; y en
diciembre de ese año, uno similar con el Perú. Al producirse la abdicación de
O’Higgins se habían iniciado las negociaciones para tratados comerciales con
México y Estados Unidos. Chile se abría, pues, al mundo, tal como lo soñara la
mente visionaria del Director Supremo que, cuatro años antes, había proclamado
la independencia del país.
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