REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
la altura del paralelo 21° 30’, en el lugar donde el Río Loa desemboca en el
Océano Pacífico 41 .
5. Este error en la visión geopolítica de los gobiernos de la época, encuentra
una explicación en el arraigado sentimiento hispanoamericanista que
dominaba la sociedad Chilena en los años posteriores a la independencia,
e incluso del mismo O’Higgins, donde el sueño máximo del prócer, era
conformar una Confederación de Estados similar a la de Estados Unidos
de Norteamérica, reuniendo en una sola gran potencia sudamericana a
Argentina, Bolivia y Chile.
6. No obstante el problema histórico surgido a partir de este Lamentable error,
asociado desde entonces a innumerables conflictos con Perú y Bolivia,
los cuales irremediablemente derivaron en una guerra, es factible concluir
que gracias a O’Higgins, el país logró constituirse en el segundo Estado
sudamericano en independizarse definitivamente de España, además de
ejercer al poco tiempo después, una soberanía absoluta en los territorios
marítimos que le pertenecían por derecho.
7. También es posible establecer que para el año 1820, Chile ya era una
potencia marítima que dominaba las aguas del Pacífico en Sudamérica,
situación geoestratégica que posibilitó en gran medida el aislamiento
efectivo del Ejército realista que buscó refugio en el Alto Perú y que
esperaba el auxilio de España. Cuatro años más tarde y sin haber recibido
socorro vía marítima desde Europa, gracias al aislamiento geográfico al que
Chile sometió el teatro de operaciones en esta parte del Pacífico, las tropas
41 A partir de 1578 el despoblado de Atacama ubicado al sur del Río Loa pasó a ser un territorio marginal con la
Real Audiencia de Lima, cuando el Virrey del Perú Toledo resolvió ese año fijar en la desembocadura del Río
Loa el límite sur del Corregimiento de Arica, el territorio más austral del virreinato. Así, la mediterraneidad de
la Audiencia de Charcas enclaustrado en el alto Perú, quedó establecida para siempre a partir de ese hecho
histórico.
En 1583 el Virrey del Perú Martín Enríquez reconoce que su jurisdicción sólo llega hasta el río Loa.
En 1606 la jurisdicción sur de la Audiencia de Lima es confirmada por la Audiencia de los Reyes.
En 1609 se ratifica el restablecimiento de la Audiencia de Chile, asignándole como distrito el territorio de la
Gobernación de Chile, desde el límite sur del Perú hasta el Estrecho de Magallanes. Con esto, también se
dividió la costa del mar del sur entre las audiencias de Lima y de Santiago, haciéndolas limítrofes.
En 1654 el Rey de España Felipe IV escribió al Gobernador de Chile dando por entendido que el despoblado
de Atacama estaba bajo su jurisdicción.
En 1680 por real cédula del Rey de España Carlos lI, entra en vigor y un año más tarde se imprime un
documento denominado “Recopilación de las leyes de los Reinos de Las Indias”, donde 30 ejemplares fueron
enviados al Gobernador y Capitán General de Chile. En este documento, en la Ley 5ta., título 15, libro II, se
señala la jurisdicción precisa del litoral del Pacífico correspondiente a la Audiencia y Cancillería Real de Lima,
especificando claramente: “...tenga por Distrito la costa que hay desde dicha ciudad de Lima hasta el Reino
de Chile exclusive...”.
En 1775 se publica el mapa oficial de Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, donde se fija el río Loa como el límite
entre la Audiencia de Lima y el Reino de Chile.
En 1793 el Virrey del Perú don Francisco Gil de Taboada y Lemus ordena confeccionar un plano general y
una guía política, eclesiástica y militar del virreinato, en la cual se incluye una descripción del Perú con los
siguientes límites geográficos: “El Perú tiene una extensión de 365 leguas (de norte a sur, desde los 3° 35’
hasta los 21° 48’ de latitud meridional..., la ensenada de Tumbes lo separa por el norte del Nuevo Reino de
Granada y por el sur, el río Loa del desierto de Atacama y el Reino de Chile”.
En 1805 por real orden dirigida al Virrey del Perú y con copia al Capitán General de Chile, el Rey de España
encarece la atención que debe prestarse a las dilatadas costas del Perú y Chile, infestadas de corsarios que
destruyen el comercio nacional y se les informa del envío de navíos de guerra.
Fuente: Hormazábal Díaz, Fernando. Mediterraneidad connatural de Bolivia y su efecto en las relaciones con
Chile, p. 19, 24, 26, 27, 29 y 85.
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