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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

cerrando el Congreso y preparando la guerra civil con la Provincia de Concepción,<br />

para someter al bando de Martínez de Rozas a su dictadura total. O’Higgins, que<br />

seguía solicitado por Carrera para que participara en su gobierno, desaprobó<br />

esta dictadura y tomó distancia al renunciar sin romper con él. El proyecto de<br />

constitución, reclamado por la Junta formada el 5 de septiembre de 1811 en un<br />

oficio del 19 del mismo mes, no pudo ver la luz. La comisión a cargo había sido<br />

formada el 13 de noviembre, dos días antes del segundo golpe y tres semanas<br />

antes de ser disuelto el Congreso 20 .<br />

...entre el caudillismo personal de Carrera...<br />

¿Qué había pasado? Aunque este terreno sigue minado hasta hoy día por las<br />

pasiones y las peleas entre familias chilenas, el observador ajeno no puede resistir<br />

en hacer observar que la profunda diferencia de concepción política y de método fue<br />

sobre todo una excusa para el afán de poder del caudillo Carrera. Como lo explica<br />

Jocelyn-Holt, “Carrera no fue revolucionario; más bien hizo uso de un lenguaje<br />

revolucionario. Su manejo fue altamente manipulador, en ningún momento, por<br />

ejemplo, intentó asegurar la completa independencia de Chile... Carrera fue a lo<br />

sumo un caudillo militar que aprovechó una coyuntura favorable a su personalismo<br />

político... La radícalizacíón de Carrera... no era el fruto de un proyecto radical<br />

propiamente tal sino de un esfuerzo por legitimar un poder militar creciente” 21 .<br />

Los argumentos para justificar su dictadura eran la prioridad que debía darse a la<br />

lucha por la independencia absoluta y la inutilidad de un Congreso en Chile, dado<br />

que los pueblos de habla española adolecían de práctica en el ejercicio de los<br />

derechos ciudadanos. Como consideraba que la independencia podía solamente<br />

conseguirse en los campos de batalla, y que el modo de gobernar o el régimen<br />

político era una preocupación posterior al establecimiento de la soberanía, decretó<br />

que un poder dictatorial era la forma más segura de consolidar a la independencia,<br />

lo que implicaba reducir previamente a los enemigos internos. Si bien es cierto<br />

que este argumento tenía sentido para el primer golpe, cuando los conservadores<br />

y reaccionarios impedían el cambio, eso ya no valía en noviembre o diciembre<br />

del 1811 cuando las reformas radicales caminaban a un ritmo creciente. Además,<br />

la guerra civil que él prepara muy activamente 22 era abiertamente en contra del<br />

bando patriota de Concepción y no en contra de los reaccionarios. “Los realistas<br />

se habían hecho más de una vez la ilusión de contar con el caudillo patriota para<br />

el restablecimiento del régimen caído; por eso lo toleraron y hasta lo halagaron” 23 .<br />

Carrera, incluso, acogió como una buena noticia para Chile la sublevación realista<br />

de Valdivia 24 y estos contrarrevolucionarios, le hicieron una oferta de alianza y<br />

sumisión en contra de Concepción 25 . Al contrario, O’Higgins actuaba en busca de<br />

20 Galdames, Luis, ob. cit. p. 200. Juan Egaña, uno de sus miembros, empezó su trabajo jurídico y preparó los<br />

textos que sirvieron más tarde a partir del año 1813.<br />

21 Jocelyn-Holt, Alfredo, La Independencia de Chile, ob. cit., pp. 174-175 y 182.<br />

22 Envío de las tropas a Talca, retiro de las canoas de los ríos limítrofes, controles del tráfico desde Concepción,<br />

etc.; ver Galdames, Luis, ob. cit. p. e Iglesias, Augusto pp. 133, 135.<br />

23 Opinión de Galdames, ob. cit., p. 320, compartida por otros historiadores, por ejemplo ver Jocelyn-Holt, ob.<br />

cit., p. 169 y pp. 174-175.<br />

24 Barros Arana, Diego, Historia General de Chile, Santiago, 1887, T. VIII, pp. 544 a 553.<br />

25 Le ofrecen la presidencia interina del Reino de Chile, Iglesias, Augusto, p. 135.<br />

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