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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

configuré de inmediato el doble delito de traducción e impresión clandestina, al<br />

que luego se agregó el tercero de circulación prohibida. Al enterarse de tal asunto<br />

el Virrey Espeleta –de vacaciones en Gualdas– respiró al saber quién era el autor,<br />

murmurando: “...Triunfó por fin la perfidia de los suaves respetos..., don Antonio<br />

Nariño sacrificó en su maldad los deberes de Dios, al Rey y a la Humanidad” 1 .<br />

Con ello se inició el juicio correspondiente. A cargo de él se constituyeron los<br />

oidores Hernández de Alba, Joaquín Mosquera y el fiscal Francisco Carrasco.<br />

La casa de Nariño fue allanada, y las órdenes del Virrey se extendieron a los<br />

capuchinos a fin de advertir en los templos y en las capitales de Quito Y Caracas<br />

y sedes de gobernación sobre las infamias del texto maldito. Desde la cárcel<br />

Nariño preparó un extenso texto con inspiración y pensamiento de la filosofía<br />

liberal. Dicho escrito se tituló “Escrito presentado a la Real Audiencia en el año de<br />

1795 en defensa de los Derechos del Hombre”. Con ello Nariño convirtió su caso<br />

personal en general y le sirvió para insistir en su convicción por la Libertad por<br />

cuya promulgación era juzgado. Apoyándose en reduplicaciones, lo conducen a<br />

propalar sentencias de claro sabor enciclopedista: “... el hombre que obedece a la<br />

razón es libre y en tanto es libre cuando obedece a la razón...”,”... el que obedece<br />

a la ley es libre y es libre en cuanto obedece la ley” 2 . Su proceder hábil y directo<br />

corroboraba su delito y, además, hablaba correctamente el francés. La sentencia<br />

fue la condena: confiscación de sus bienes, expulsión de América, quema de los<br />

libros en la plaza pública y 10 años de presidio en África. Fue azaroso el destino<br />

de este precursor de la Emancipación. El 30 de octubre de 1795 emprendía el<br />

viaje del exilio. En Cádiz se fuga, y por ironía del destino termina en París. El<br />

grito de Independencia del 20 de julio de 1810, en Bogotá, lo coloca en otras<br />

circunstancias. Será Presidente del Estado libre de Cundinamarca en 1813.<br />

Emprendió campanas en la provincia de Pasto, empecinada en su adhesión a<br />

Fernando VII. La Reconquista emprendída por España en 1815, le significó un<br />

nuevo revés. Sin embargo el traductor de la “Declaración de los Derechos del<br />

Hombre y del Ciudadano”, preparó el terreno a Simón Bolivar. Boyacá en 1819,<br />

y Ayacucho en 1824, sellaron la derrota de los realistas un año después de la<br />

muerte de Antonio Nariño en Villa de Leyva.<br />

B) MARIANO MORENO Y LA PUBLICACIÓN DEL “CONTRATO SOCIAL” EN BUENOS<br />

AIRES<br />

A fines del siglo XVIII figuraba en bibliotecas de Buenos Aires la obra de<br />

Montesquieu, tanto en la del canónigo Maciel y en la de don Facundo Prieto<br />

Pulido. Esta última fue donada al convento de la Merced y erigida en biblioteca<br />

pública por el Virrey Arredondo en abril de 1794. En ella figuraban las “Letras<br />

o Cartas Persas” y cuatro tomos del “Espíritu de las Leyes”. En la Academia<br />

Carolina de Charcas también conocieron las obras de Juan Jacobo Rousseau los<br />

jóvenes bachilleres y doctores en Derecho de distintos países de América, entre<br />

ellos Mariano Moreno y Juan José Castelli.<br />

1 Ángel, Miguel Arnulfo. 1794: Antonio Nariño en Santa Fe de Bogotá, ‘La Gaceta”, Fondo de Cultura Económica,<br />

México, junio de 1989, p. 104.<br />

2 Ángel, Miguel Arnulfo, ob. cit., 1989, p. 104.<br />

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