REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
una división en la zona de Arauco. La idea básica de entrar al territorio chileno,
por distintos y distantes puntos cordilleranos, se encuentra aprovechada por-
San Martín en la estrategia distractiva y dispersiva que en 1817 aplicó el Ejército
de los Andes. A su vez, la idea de una invasión naval por Arauco, teniendo
presente el señorío marítimo del Virreinato del Perú en el Pacífico, nada tenía de
descabellada, como algunos han creído. Recuérdese que la navegación de este
océano la conocía desde Talcahuano al Callao, del Callao a Londres, con vuelta
a Valparaíso, y de Valparaíso al Callao con ida y vuelta, Bernardo O’Higgins en
períodos de niñez, de adolescencia y juventud anteriores a sus vínculos con
José de San Martín. Por lo demás, durante su período de batallas en el curso
de la Patria Vieja conoció O’Higgins el efecto de los sucesivos desembarcas,
viniendo del puerto peruano del Callao, del brigadier de marina español Antonio
Pareja en Ancud, Corral y San Vicente, de enero a marzo de 1813, hasta ocupar
Talcahuano y Concepción el 28 de este mes, con un ejército de 2.000 hombres.
Así como supo también del alcance del desembarco, el 31 de enero de 1814, en
la bahía de Arauco, del brigadier Gabino Gaínza, quien, con su ejército en parte
acrecentado con soldados provenientes de Chiloé, marchó a Chillán como base
de operaciones, al término de su navegación desde el Callao, riñón marino de
Lima, capital del Virreinato del Perú.
En resumen, a Bernardo O’Higgins le constaba por experiencia de sus
campañas militares, la importancia de las expediciones navales durante la Patria
Vieja, amén de los azares difíciles de ascender y descender las cumbres de la
cordillera andina, protegiendo a miles de fugitivos de la derrota de Rancagua. En
cambio, antes de estas experiencias suyas, José de San Martín sabía sólo de
oídos de la existencia del océano Pacífico y se hallaba en estado virginal en lo
concerniente a la travesía de los Andes.
Por bando expedido en Mendoza el 5 de junio de 1815, el coronel José de
San Martín aseguraba: “Se acerca al Río de la Plata una expedición de diez mil
españoles, de otras tantas fieras para devorarnos”. A lo cual se agregó que el
general realista. Joaquín Pezuela había batido a los ejércitos nortinos del Plata,
el 2 de septiembre en Sipe-Sipe y en noviembre de igual año en Viluma. Ante
tales emergencias, O’Higgins ofreció sus servicios de voluntario en las filas del
ejército argentino. El 20 de enero de 1816, el Director Supremo Álvarez Thomas
comunica su incorporación al ejército argentino a Bernardo O’Higgins, en oficio
cuyo encabezamiento decía: “En consideración al mérito de V.S. y utilidad de sus
servicios a la causa común, he resuelto que a la mayor brevedad pase V.S. a la
ciudad de Mendoza a las órdenes de aquel gobernador intendente, a quien con
esta fecha prevengo le destine conforme a su carácter y como halle conveniente
al interés del Estado...”. El 1° de febrero, en compañía de su madre y de su
hermana, el militar chileno salió de Buenos Aires y arribó a su destino el 21, y el
26 de febrero de 1816 San Martín le hace reconocer en su grado de brigadier,
ganado por O’Higgins en Chile, pero con el sueldo de coronel de infantería.
“Seis granaderos y un cabo harán la guardia de dicho señor brigadier”, rezaba la
pertinente orden del día.
La existencia de oficiales chilenos afectos a Carrera en el Ejército de Mendoza
suscitaba resistencias ante el brigadier recién llegado de Buenos Aires. Pero
la contracción a las labores encomendadas, el entusiasmo de su espíritu de
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