08.05.2013 Views

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

E) MORáN, APOLOGISTA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA<br />

A pesar del celo de las autoridades españolas y las innumerables medidas para<br />

interceptar gacetas, correspondencia y todo contacto de los súbditos hispanos<br />

con novedades extranjeras, se veía al finalizar la Colonia en forma creciente<br />

el desplazamiento de fragatas francesas y angloamericanas en las costas del<br />

Imperio español.<br />

Como otra prueba de la indudable penetración de ideas republicanas, tenemos<br />

en Chile el caso del presbítero don Clemente Morán, que abrazó con pasión y<br />

fanatismo las novedades ideológicas de su época.<br />

Hacia 1795 vivía este ya anciano sacerdote en la ciudad de La Serena. De<br />

grandes energías y ánimo vehemente, se entretenía en medio de la modorra<br />

provinciana oficiando de abogado y redactando pasquines y libelos infamatorios<br />

que le ganaron sobrado prestigio de atrevido y deslenguado. Mereció el eufemístico<br />

calificativo de “muy voraz en el hablar”. Morán avivó cuánta chismografía estuvo<br />

a su alcance, lanzando inventivas de las que no tuvieron paz siquiera sus propios<br />

hermanos de ministerio. Los pasquines aparecían en las puertas del vecindario<br />

serénense ora en versos, ora en prosa, las más de las veces con irrepetibles<br />

bochornos para con sus víctimas.<br />

Un notable versificador, el dominico López, lo retrató en décimas que se<br />

hicieron famosas:<br />

“Morán, por desengañarte,<br />

Movido de caridad,<br />

Pretendo con claridad<br />

El evangelio contarte<br />

No hay en este mundo parte<br />

Que no sepa tu simpleza,<br />

Ya no hay estrado ni mesa,<br />

Donde no se hable de ti,<br />

Pues no se ha visto hasta aquí<br />

Tan trabucada cabeza<br />

¿No es mejor que te destines<br />

A cuidar sólo de ti<br />

Y no andar de aquí y de allí<br />

Poniendo a todos pasquines?<br />

¿Es posible que imagines<br />

Que esta es obra meritoria?<br />

Basta. Dile a tu memoria<br />

Que estos yerros olvidando<br />

Siga siempre contemplando<br />

Muerte, juicio, infierno y gloria” 14 .<br />

El personaje en cuestión vino a alterar la calma del Gobernador don Ambrosio<br />

O’Higgins, celoso funcionario defensor de la monarquía, como lo hubiese deseado<br />

el más recalcitrante peninsular.<br />

14 Donoso, Ricardo, ob. cit., 1975, pp. 9-10.<br />

320

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!