REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
Estas páginas buscan ampliar la perspectiva de estudio, tanto en relación
a la significación del proyecto mismo como, y de manera muy especial, a los
obstáculos que debieron afrentarse, y al papel jugado por los poderes públicos
nacionales en su solución.
La situación político-militar luego de liberada la zona central de Chile tras la
batalla de Maipo obligaba a San Martín y O’Higgins por razones estratégicas a
trasladar el conflicto al Virreinato del Perú, en donde se concentraba el poder
político, militar y económico de las fuerzas españolas, y desde donde se
amenazaba de manera permanente la soberanía de las nuevas Repúblicas, lo
cual en el caso chileno se reforzaba por la resistencia que desde Concepción al
sur mantenían las fuerzas realistas.
Al peligro mencionado debemos agregar, en los primeros meses de 1818, la
precaria situación militar que mostraban en el Virreinato de Nueva Granada, las
fuerzas de Simón Bolívar, detenidas por los contingentes realistas.
Si a lo indicado, que ya representaba un riesgo potencial para la seguridad de
Chile y de las Provincias Unidas del Río de la Plata, sumamos que, entre 1818 y
1819, en España comenzaba a bosquejarse la preparación de una escuadra con
más de 20 mil efectivos para iniciar la recuperación de los, dominios ultramarinos,
se podía afirmar que el escenario existente nada bueno presagiaba para las
noveles naciones americanas.
Una apreciación global de la situación que considerase inicialmente las variables
expuestas, resultaba en la coyuntura que se vivía angustiante, y predisponía al
pesimismo de los líderes militares y políticos en el proceso emancipador. Aun en
la actualidad, con la perspectiva que otorga el tiempo, la posibilidad de afianzar el
nuevo status político de la región meridional americana nos aparece como débil y
vulnerable, ante el cúmulo de fuerzas contrarias que surgen a partir de 1818.
Sin embargo, merced a la perseverancia mostrada particularmente por
el Director Supremo de Chile, General Bernardo O’Higgins, y por los cinco
miembros que componían en la época el Senado de la República, las dificultades
fueron progresivamente superándose y se logró dotar y organizar a la Expedición
Libertadora, a fin de asegurar la independencia americana.
En las siguientes líneas pretendemos entregar una visión de conjunto en
relación a las dificultades que debieron vencerse para conseguir el objetivo
buscado, y pensamos que resulta adecuado iniciar estas reflexiones refiriéndonos
a la percepción que tenía de la situación americana a comienzos de 1818 el Virrey
del Perú don Joaquín de Pezuela. Ocurrida en abril la batalla de Maipo, el Virrey
en un discurso dirigido a los miembros de la Junta de Corporaciones de Lima
señaló entre otras ideas las siguientes:
“Es sensible que nuestras incertidumbres no las haya disipado la venida de la
‘Venganza’ que se apartó del bloqueo de Valparaíso... a los quince días de la acción
del Maipo, ...pero al paso que estas circunstancias nos permiten esperar que no haya
sido nuestra desgracia tal vez tan absoluta... ello basta para convencernos que ha
sido tal que la parte de nuestras tropas que se haya salvado no podrá llevar a cabo
su empresa... De consiguiente, nuestros cálculos ulteriores para las medidas que
hayan de adoptarse, deben partir del prudente supuesto de no poderse contar con un
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