REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
de Rancagua, exclamé: Soldados, vivir con honor o morir con gloria El valiente
siga mi marcha. Columnas a la carga. Entonces, y no de otro modo, podrían mis
acusadores entender la causa porqué 700 infantes sostenidos por 300 caballos,
vencieron, destruyeron y aprisionaron triple su número en menos de una hora...”.
Dos días después de la memorable Batalla de Chacabuco los Generales San
Martín y O’Higgins recibieron en la capital de Chile el homenaje de un pueblo
que se congregó con grandes demostraciones de júbilo. Un espectador imparcial
declaraba que estas manifestaciones no eran superiores a las que recibió el
General español Osorio, después del término de la Patria Vieja. Son las veleidades
de los pueblos. Más de dos siglos y medio de dominación española no podían ser
borrados con sólo 4 años de “Chile independiente”.
El 15 de febrero de 1817, un Bando hizo citar a los más caracterizados
vecinos a un Cabildo Abierto para que nombrasen a las personas que debían
representar a las provincias de Santiago, Concepción y Coquimbo. La reunión,
presidida por don Francisco Ruiz Tagle, fue de opinión de nombrar al General en
Jefe del Ejército Libertador de los Andes, don José de San Martín, para el cargo
de Gobernador de Chile, no necesitándose nombrar electores de las provincias
citadas. El acuerdo quedó escrito en el acta de aquella asamblea.
En esta nueva reunión, en primer término, se dio para el cargo el nombre del
General Bernardo O’Higgins, por sus relevantes servicios prestados a la Patria
y su distinguida actuación en la reciente Batalla de Chacabuco. La Asamblea lo
eligió por aclamación, quedando en el Acta lo siguiente: “Puesto en noticia del
Sr. General en Jefe del Ejército de los Andes y del Sr. Brigadier don Bernardo
O’Higgins la elección que antecede fue mucha partes del pueblo a traerle a la
casa de su morada, quedándose otra multitud de los congregados en la casa
particular. Habiendo entrado con el mayor aplauso, pidió al pueblo que se le
recibiese el juramento de fidelidad acostumbrado, y en efecto S.E. lo prestó
ante mi, el presente secretario y escribano del Pueblo Libre por Dios nuestro
señor, sus santos evangelios y su palabra de honor bajo del cual prometió que
usará bien y fielmente el cargo de Director Supremo interino del Pueblo Libre
chileno, defendiéndolo y amparándolo en su libertad, y a la conclusión dijo: Así
lo juro. Firman, José de San Martín –Bernardo O’Higgins Agustín Díaz, escribano
secretario del Pueblo Libre”– Posesionado de su alto cargo, el Director Supremo
de Chile propuso organizar el Ejército de Chile.
Ya se sabe que la Reconquista española había terminado con todas las
fuerzas militares del país; en consecuencia, O’Higgins procedía con gran sentido
estratégico y nacionalista.
O’Higgins, al organizar el Ejército nacional, evidenciaba un gran patriotismo,
pues el Director Supremo de las Provincias Unidas del Plata había dispuesto que
en Chile no se organizasen fuerzas superiores al Ejército de los Andes.
El Prócer chileno no entendía de rivalidades, miraba su país y su libertad,
deseaba por sobre todo un Ejército nacional que se uniera al de los Andes para
juntos llevar adelante la libertad de América.
Para realizar su acción, nombró Ministro de Guerra, con el grado de Teniente
Coronel, al distinguido patriota don José Ignacio Zenteno, que había tenido
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