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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o<br />

con sus futuras actuaciones; instrucciones que en realidad no tenían validez, pues<br />

éste actuaba en representación del Gobierno de Chile.<br />

O’HIGGINS Y LA POBLACIÓN<br />

La población es el tercer elemento constitutivo del Estado y para algunos<br />

geopolíticos el más importante. Se dice que nación es el pueblo que habita y<br />

domina en una determinada región geográfica o en un país. Muchas veces se<br />

hace del término nación sinónimo del de Estado. Geopolíticamente es un grupo<br />

étnico con características comunes y cohesionado espiritualmente por razones<br />

históricas, lengua, religión y tradiciones compartidas. Cuando una nación ocupa<br />

en su totalidad el territorio de su Estado, éste logra un concepto muy firme de<br />

integridad y unidad. Pero sucede, muchas veces, que en un mismo Estado conviven<br />

diferentes nacionalidades muy distintas unas de las otras, constituyéndose las<br />

llamadas minorías; si ellas no son integradas al amplio concepto de patria, pasan<br />

a constituirse en focos de posibles separatismos o en grupos que se sienten<br />

discriminados.<br />

La conquista española de América tuvo características diferentes según fueron<br />

los imperios o los territorios que fueron dominando, El mayor o el menor grado de<br />

resistencia que se les opuso no solamente tuvo trascendencia en la necesidad de<br />

dar especiales o limitados impulsos a las acciones bélicas mismas, sino también<br />

tuvo influencia en la formación de las sociedades.<br />

A diferencia de otros países latinoamericanos, en Chile resulta difícil hacer una<br />

separación exacta entre los períodos de conquista y de colonia, pues, si bien<br />

es cierto en el centro de nuestro territorio se inicia una situación de normalidad<br />

en los siglos XVII o XVIII, en el sur, en Arauco, la guerra continuaba. Fuertes<br />

contingentes de tropas llegaron desde la península para sofocar los continuos<br />

alzamientos indígenas; llegaban soldados sin sus familias por lo que la sociedad<br />

exclusivamente española no fue tan numerosa ni poderosa como en otras colonias;<br />

sintiéndose cada vez mucho más nativos, se fue encarnando un sentimiento<br />

patrio. No hubo esclavos de color y si algunos llegaron, sufrieron las condiciones<br />

climáticas y no se multiplicaron. La sociedad chilena era, dentro del continente,<br />

una de las que había alcanzado, a comienzos del siglo de la independencia, mayor<br />

homogeneidad; peninsulares, mestizos y nativos; no hubo habitantes de color ni<br />

zambos que dominaban demográficamente otras sociedades. Así lo reconoció<br />

Simón Bolívar cuando escribió: “El Reino de Chile está llamado por la naturaleza<br />

de su situación, por las costumbres inocentes y virtuosas de sus moradores, por<br />

el ejemplo de sus vecinos, y los fieros republicanos de Arauco, a gozar de las<br />

bendiciones que derraman las justas y dulces leyes de una República. Si alguna<br />

permanece largo tiempo en América, me inclino a creer que será la chilena, jamás<br />

se ha extinguido allí el espíritu de libertad: Los vicios de Europa y del Asia llegarán<br />

tarde o nunca a corromper las costumbres de aquel extremo del universo. Su<br />

territorio es limitado: estará siempre fuera del contacto infectado del resto de los<br />

hombres; no alternará sus leyes, usos y prácticas; preservará su uniformidad en<br />

opiniones políticas y religiosas, en una palabra, Chile puede ser libre”.<br />

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