REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
Lo enumerado significaba un considerable desembolso, y San Martín no se
quedaba en ello, agregando el flete de los buques mercantes para trasladar
el ejército desde Chile al Perú, y la entrega de una caja de 200 mil pesos en
efectivo 4 .
Terminada la relación de las necesidades, San Martín manifestó que el
financiamiento total de la empresa ascendía a 1 millón de pesos, de los cuales 61
había logrado con el gobierno de Buenos Aires la mitad, debiendo esperarse que
el gobierno de Chile concurriese con los 500 mil pesos restantes.
Los asistentes a la reunión expresaron que Chile no se restaría al esfuerzo
libertador, aportando con 200 mil pesos en efectivo, 300 mil pesos en especies y
además contribuiría con su escuadra (que representaba una inversión cercana al
millón de pesos).
Para oficializar esta determinación, el 25 de noviembre de 1818 el Senado
sancionó lo resuelto y nombró una comisión de cinco personas que estaría
encargada de hacer el reparto del nuevo impuesto, en proporción de la fortuna de
los contribuyentes, y que castigaba de manera especial a quienes se consideraba
hostiles a la causa patriota o que habrían mostrado indiferencia en las campañas
de la independencia..
Ya en el plano de materializar la expedición de manera oficial, el gobierno
chileno, haciendo fe en el planteamiento solidario de las Provincias Unidas que
había expresado San Martín, envía, a fines de año, a Buenos Aires a un emisario
especial, Antonio José de Irisarri, a fin de celebrar un tratado oficial entre ambos
estados con relación a la liberación del Perú.
Si bien es cierto las conversaciones presentaron ciertas dificultades –en ese
momento fuerzas portuguesas ocupaban Montevideo y cooperaban con revueltas
internas argentinas, y por otro lado se demandaba establecer en el tratado
explícitamente las cantidades en dinero que debía aportar cada parte, lo que
estaba fuera de las instrucciones que llevaba Irisarri–, lograron concretarse en un
tratado firmado en Buenos Aires el 5 de febrero de 1819, el cual en su enunciado
da a conocer la comunidad de propósitos de los Directores Supremos de ambas
naciones en orden a terminar con la dominación española de Perú a través de
una expedición.
En los contenidos de dicho tratado se plantea la necesidad de prestar auxilio a
las demandas provenientes de los habitantes de Lima, que desean constituir un
gobierno de acuerdo a sus aspiraciones. Para tal efecto los países contratantes
se obligan a costear la expedición.
En otro de sus puntos se indica que las fuerzas combinadas dejarán de actuar
en Perú una vez se haya establecido un gobierno libre, o hasta que el nuevo
Estado lo demande.
Se señala que el costo de la expedición será motivo de futuros arreglos con el
gobierno peruano, al cual deberá presentarse las cuentas.
4 Diego Barros Arana: Historia General de Chile. Rafael Jover Editor. Santiago 1892. T. XII. p. 55.
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