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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins<br />

gran cautela. Anota que, salvo en los Estados Unidos, en ningún otro sitio se<br />

puede hablar de política con quien no sea un amigo probado. Pero, ¿cómo<br />

distinguir a tal amigo?<br />

“Una primera característica –le dice– debe ser la edad. En las personas<br />

mayores de cuarenta años las preocupaciones están demasiado arraigadas,<br />

salvo que se trate de individuos amigos de las lecturas y, particularmente, de los<br />

libros prohibidos” 9 .<br />

Respecto de los jóvenes, le dice que “habrá muchos prontos a escuchar y fáciles<br />

de convencer, porque la juventud es la edad de generosos sentimientos, aunque,<br />

por desgracia, también lo es de la indiscreción y de los actos temerarios” 10 .<br />

Miranda le señala, además, que “no todos los nobles y clérigos americanos<br />

son, necesariamente, fanáticos intolerantes y enemigos de los derechos del<br />

hombre. Su experiencia le dice que en Sudamérica existen hombres ilustrados y<br />

liberales, que no será fácil descubrir porque viven atemorizados por las fuerzas de<br />

la Inquisición, la que puede perdonar cualquier pecado que no sea el liberalismo<br />

en las opiniones” 11 .<br />

También le hace ver que “debe tener cuidado ante los españoles, que ven a<br />

América como una posesión propia y a Inglaterra como el enemigo natural de<br />

España. Un joven americano formado en Inglaterra, tendrá que ser, forzosamente,<br />

una persona inaceptable en el medio hispánico”. Por eso le aconseja: “Mantenéos<br />

a larga distancia de ellos” 12 .<br />

Bernardo regresa a Cádiz en 1799, llevando un documento de Miranda que<br />

atesora como su más preciada posesión. La copia de este documento no figura<br />

en el archivo de Miranda, aunque su paternidad es indudable. Son los consejos<br />

del Precursor a su joven amigo para su formación como un decidido republicano.<br />

El 3 de abril de 1800, el joven Riquelme embarca hacia América en la fragata<br />

Confianza, la que es apresada por los ingleses. Desembarcado en Gibraltar, logra<br />

regresar a Cádiz por la ruta de Algeciras y llega, otra vez, a casa de don Nicolás<br />

de la Cruz. Allí contrae la fiebre amarilla, que lo lleva a las puertas de la muerte.<br />

Pero, lo que es mucho más grave para él, allí también conoce el texto de la carta<br />

de su padre a don Nicolás, con instrucciones de echarlo de su casa, por ser<br />

incapaz de seguir carrera alguna y por ser ingrato a los favores recibidos, lo que<br />

lo sume en la confusión y en el dolor.<br />

Algunos autores creen que la Corona ha descubierto una conspiración<br />

fraguada en Londres para sublevar a América y que en ella aparece involucrado<br />

el hijo natural del Virrey O’Higgins. Sin duda, ello ha podido influir en la decisión<br />

de separar a este digno funcionario de su alto cargo y puede haber apresurado su<br />

muerte, acaecida en Lima el 18 de mayo de 1801. Otros estiman que el término<br />

de su mandato y la muerte del Virrey nada tienen que ver con las actividades<br />

de Bernardo en Londres. En lo personal, me inclino a pensar que los servicios<br />

9 Tomás Polanco Alcántara, ob. cit.<br />

10 Ibídem.<br />

11 Ibídem.<br />

12 Ibídem.<br />

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