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REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

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Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o<br />

EL AMOR LLEGA A SU VIDA<br />

En 34 años de vida no se le conocieron amores a San Martín hasta que, en<br />

los encuentros sociales que le permitían los ratos libres de la preparación del<br />

Regimiento Granaderos a Caballo, conoció a la joven María de los Remedios<br />

Escalada Quintana, de catorce años de edad, hija del poderoso empresario<br />

inmobiliario Antonio José de Escalada. Al promediar el quinto mes de su arribo en la<br />

“George Canning”, apadrinado por Carlos Alvear y su esposa Carmen Quintanilla,<br />

de rodillas en el altar mayor de la Catedral de Buenos Aires, fue bendecido el<br />

matrimonio. Anotemos que, además de la hija que se llevó en matrimonio, San<br />

Martín se llevó a sus hermanos menores, Manuel y Mariano, al Regimiento de<br />

Granaderos para convertirlos en oficiales.<br />

El matrimonio lo vinculaba a lo mejor de la sociedad del país en ciernes, por<br />

lo que, vista la diferencia de edades y el carácter reservado y distante atribuido<br />

al militar, podría pensarse en un frío cálculo estratégico, pero veamos lo que<br />

escribió recordando su primer encuentro: ...“Nunca antes me había sucedido algo<br />

semejante, ni recuerdo ningún acontecimiento que produjera en mis sentidos el<br />

anonadamiento del esfuerzo de mi razón por controlarlos ni encontré palabras para<br />

explicar lo que en aquel momento se dio en mí a través de un desconocido y grato<br />

aturdimiento de emociones. Cuando la vi por primera vez no dije nada, tampoco<br />

supe qué decir y, tal vez, advertí tarde que cuanto me había sido impedido explicar<br />

con palabras salió de mí delatado, tal vez, por alguna exageración de mi mirada,<br />

pues cuando ella me dijo lo que no recuerdo que me dijo yo estaba pendiente de<br />

sus gestos con más emoción que lucidez... Esto que siento es cosa del alma y de<br />

la sangre. Nunca creí que esto podría pasarme a mí de esta manera y como se<br />

cuenta que le ha pasado a muchos hombres, y menos con una niña que por su<br />

edad, riqueza, delicadeza y distinción no te habría faltado quien le dijera lo que no<br />

supe decirle”... Obviamente no es un estratega el que habla, sino la atolondrada<br />

víctima de un flechazo fulminante.<br />

LA LOGIA DE EXPANDE Y MANIOBRA: CAMBIA EL TRIUNVIRATO<br />

No era San Martín un político, pero como militar y hombre de acción orientado<br />

a lograr la Independencia, vio que la revolución carecía de planes más eficaces<br />

de acción y hasta de propósitos claramente enunciados. En suma, lo político<br />

estaba tan mal organizado como lo militar y así lo expresaba con franqueza en las<br />

tertulias políticas de la época:... “Hasta hoy, las Provincias Unidas han combatido<br />

por una causa que nadie conoce, sin banderas y sin principios declarados<br />

que indiquen el origen y las tendencias de la insurrección. Preciso es que nos<br />

llamemos independientes para que nos conozcan y nos respeten”.<br />

Con esto se situaba entre los que reclamaban las medidas más adelantadas<br />

en el sentido de la independencia y de la libertad, incluyendo la convocatoria<br />

a un Congreso Constituyente. Pero se consideraba imprudente dejar que las<br />

fluctuantes deliberaciones populares decidieran los destinos del país y de América<br />

en general, siendo preferible organizar y disciplinar las fuerzas políticas para dar<br />

unidad, y dirección al movimiento revolucionario.<br />

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