REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
deseo más ferviente del Libertador homogenizar el nivel de instrucción de las
clases bajas con el de la clase alta. El progreso material fue una consecuencia de
lo anterior. Para graficar mejor la importancia de la educación, en la Constitución
de 1822 plantea que “la educación pública fuese uniforme en todas las escuelas,
que se procurase la existencia de escuelas públicas de primeras letras en todas
las poblaciones, los conventos religiosos estarían obligados a crear escuelas,
igual cosa los monasterios de monjas para las jóvenes 6 ”.
En relación a la Iglesia, no era ateo ni anticlerical, pero era partidario de la
Tolerancia Religiosa, y concluir con prácticas y supersticiones de carácter
popular que consideraba fuente de vicios. Lo mismo puede decirse de una serie
de medidas encaminadas a reformar los hábitos de la gente para moralizaría
(terminar con los juegos de envite, cerrar tabernas, etc.).
Efectuando un balance de las ideas del Libertador, podemos decir que parte
del convencimiento de que el pueblo no está apto para autogobernarse y que el
poder debe ser ejercido por la clase más ilustrada, y a modo de mantener una
apariencia legal y de legitimación popular, hace que la gente se suscriba en un
libro determinado si es que apoya o rechaza una consulta (método bastante suigeneris
para garantizarse el apoyo popular a los actos de gobierno).
Como ejemplo de lo anterior se puede señalar la Constitución, de 1818, que
fue llamada provisional, la cual crea un Senado consultivo que “no es elegido”: el
Director Supremo es encargado de nombrar a sus integrantes y sus suplentes,
no se les fija plazo en sus funciones, y sus decisiones podían prevalecer frente
a las del mandatario después de dos insistencias. Aquí se refleja la tendencia
clara hacia el gobierno fuerte y que las decisiones recaigan en el menor número
posible de personas 7 .
Lo anterior cambia en la Carta de 1822, cuando se crea un Congreso bicameral
compuesto por una Cámara de Senadores y una de Diputados; la Cámara de
Senadores sigue latente, cuando se perdió tiempo precioso en largas discusiones
en el Congreso, en lugar de prepararse para la guerra.
Estará formada por: Individuos de la Corte de Representantes 8 elegidos por
la Cámara de Diputados, los Ministros de Estado, Obispos con jurisdicción en
el territorio o de la dignidad que preside el Cabildo Eclesiástico, un Ministro del
Supremo Tribunal de Justicia nombrado por el mismo Tribunal, tres jefes del Ejército
(de la clase de Brigadier, Inclusivo arriba) nombrados por el Poder Ejecutivo, el
Delegado Directorial del departamento en que abra sesiones el Congreso, un
Doctor de cada Universidad nombrado por su claustro, dos comerciantes y dos
hacendados, cuyo capital no baje de treinta mil pesos, nombrados por la Cámara
de Diputados. La Cámara de Diputados estaría compuesta por personas elegidas
por departamento uno por cada quince mil habitantes o fracción que no baje de
6 Jaime A. Etchepare Jensen: O’Higgins y el Ordenamiento Constitucional. Revista del Libertador, número 6, p.32
7 También se debe a las condiciones bélicas aún existentes en el país, el recuerdo de la Patria Vieja
8 La Corte de Representantes estaba compuesta de siete personas electas por la Cámara de Diputados en
votación secreta y de los ex directores que serían miembros vitalicios, y que entraría en funciones mientras el
Congreso se encontrara en receso.
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