REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
La siguiente captura casi provocó un incidente diplomático. El corsario tomó
en alta mar a la fragata ballenera inglesa Inspector, que los españoles apresaron
fondeada en el río Túmbez. Cuando la presa arribó al puerto de Valparaíso, el
comandante Shirref, de la Andrómaca, encargado de defender los intereses de sus
compatriotas en el Pacífico Sur, como neutrales en la guerra hispanoamericana,
reclamó por los perjuicios causados a comerciantes ingleses. Pidió que el capitán
del Chileno suministrara una cantidad de provisiones similar a las sustraídas. El
cargamento quedó en depósito a pesar de las protestas de Solar. En febrero de
1819, el tribunal respondió hallando justa la posición del armador: los reclamos
ingleses no procedían, Shirref debía dirigirlos a “los piratas españoles” que la
capturaron. Fue declarada buena presa y entregada a Solar.
Otras capturas fueron el bergantín Bolero, tomado frente a Guanchaco, con
un cargamento de arroz, trigo, cacao y frijoles; y la fragata Cazadora, de bandera
española, apresada cerca de Acapulco, donde estaba por averías, con sebo,
maderas y cueros.
Al ancla en Valparaíso, el corsario Chileno fue echado a la costa y naufragó a
impulso de un fuerte temporal que afectó al puerto el 4 de julio de 1819 14 .
En diciembre de 1817, Tomás Rosales, apoderado de Pedro de Aguirre, natural
de las Provincias Unidas, solicitó patente para armar un corso. Se comprometía
a entregar al Estado los artículos de guerra capturados por un tercio menos de
su valor. El gobierno aceptó. Fue el origen de la goleta corsario Congreso, que
tocó Coquimbo y salió en crucero hacia el norte. En las costas del Perú capturó
tres buques españoles y entre ellos uno que conducía oficiales y soldados del
ejército realista. Tiempo después apresó al bergantín Empecinado y a las goletas
Golondrina y San Pedro Regalado.
Otro activo comerciante de Valparaíso, Manuel Boza, solicitó autorización
para armar un pequeño corsario junto a algunos vecinos y hostilizar las costas
peruanas. Se trataba de una vieja lancha del Estado, que permanecía varada
frente al Resguardo. Boza ofreció repararla a su costa. En febrero de 1818 el
gobierno concedió su pedido, entregándole un cañón pertrechado, quince fusiles
y mil cartuchos. El Furioso se hizo a la vela y en mayo retornó, luego de apresar
dos naves españolas: la fragata Dolores y el bergantín Machete. Este corsario
interceptó valiosa información enemiga a bordo de la Dolores. Se trataba de
reales órdenes dirigidas al Virrey del Perú y fechadas en Madrid el 31 de julio
de 1817. El gobierno decidió publicarlas y entregó una copia al comisionado J.B.
Prevost para presentarla al Presidente de los Estados. Unidos de Norteamérica 15 .
En las instrucciones había algunas medidas que podían afectar los intereses de
potencias neutrales y el gobierno creyó sería útil divulgarlas para desprestigiar a
España.
La actividad corsaria también atrajo la atención de vecinos del puerto de
Coquimbo, quienes pensaban que al destruir la influencia española en el mar,
aseguraban una mayor tranquilidad para el comercio de cabotaje. Gregorio
14 Francisco Vidal Gormaz: Algunos naufragios ocurridos en las costas chilenas desde el descubrimiento hasta
nuestros días. Santiago, 1901, p. 134.
15 Gaceta Ministerial Extraordinaria de Chile, 10 de julio, 1818.
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