REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
un modo más solemne, acordé en Cabildo Abierto, por voto unánime, conferirme
el honroso y delicado cargo de Director Supremo. 1 ”
O’Higgins asume el poder partiendo del supuesto de ser reconocido
ampliamente tanto en Santiago como en el resto del país (aunque todavía existan
realistas en gran parte de él). Este hecho le dio la base legal necesaria para poder
gobernar. El reconocimiento hacia O’Higgins fue bastante cuestionable porque la
aristocracia santiaguina entregó, el poder a San Martín y luego a O’Higgins. El
Director Supremo no cuenta con sus simpatías, es considerado como el “Huacho
Provinciano”, el “Campesino Arribista”; aunque era la única figura que existía en
ese momento. Otra alternativa, como José Miguel Carrera, era rechazada por su
autoritarismo y mala conducción en el gobierno durante la llamada Patria Vieja.
El gobierno de O’Higgins parte con una mala base al no tener la acogida de
la aristocracia santiaguina. Su labor administrativa, fuertemente influida por los
ideales igualitarios, no hizo otra cosa que acrecentar ese desprecio. De esta forma
el Libertador estuvo solo frente al país, dotado de buenas ideas que significaban
el progreso de la población, pero sin una base de poder concreta. “O’Higgins
representó ideas, no intereses”.
A continuación analizamos cuáles son las ideas políticas y sociales de
O’Higgins, de acuerdo al contexto de 1810. Para llevar a cabo esta tarea es
conveniente destacar que en la primera mitad del siglo XIX se pueden visualizar
dos conceptos políticos: en primer lugar, aquel que pretende encauzar la sociedad
de acuerdo a determinadas ideas que están reñidas con la tradición, y en segundo
lugar, aquella que extrae las ideas de la realidad, las elabora en un cuerpo de
conceptos, para luego actuar sobre ella. Al Libertador se le puede situar en una
fase intermedia porque sus ideas se pueden conceptualizar como reformistas y
progresistas en lo social, pero muy realistas y autoritarias en lo político.
Según Francisco Antonio Encina, “O’Higgins está desterrado de Chile mucho
antes de 1823, es decir, su pensamiento se queda en Europa, en Inglaterra, donde
fue educado en la estructura del pensamiento europeo. Toda su obra posterior y
rectificaciones a la realidad nacional las hizo teniendo en cuenta sus antiguas
ideas 2 ”. De acuerdo a esto, O’Higgins trató a Chile con categorías europeas.
Las ideas de O’Higgins sufren una evolución lenta hacia posturas autoritarias.
Cuando es elegido diputado por Los Ángeles al Congreso de 1811, es partidario de
un gobierno representativo pero con ciertas reservas; pensamiento expresado en
su famosa carta a Juan Martínez de Rozas, donde plantea que en las condiciones
actuales no es muy apropiado un gobierno de ese tipo, pero mientras antes se
comience mejor. Una forma sutil de decir que los chilenos serán conducidos
al gobierno sabio después de muchos traspiés. Esta actitud escéptica de un
principio se transforma en el curso de los países de América y las Condiciones de
guerra que vive Chile. Se siente apoyado por San Martín, cuyos ejércitos todavía
permanecen en el país.
1 Inserto en Simón Collier: ldeas y política de la Independencia de Chile 1808-1833. Andrés Bello, 1977, p. 228.
2 Inserto en Francisco Antonio Encina A.: Historia de Chile. Ercilla. 1984. Tomo 14, p. 126.
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